Sobre esta calle ha gravitado la presencia de la Obra Pía, construida entre 1640 y 1650, que ocupa buena parte de la manzana y cuyo frente da a la calle de la Media Luna. Su ampliación, en 1791, incluyó una cuna para expósitos (bebés abandonados) en la parte que daba hacia La Magdalena.
Luego allí se ubicaría un “asilo para mujeres arrepentidas”, según la amable expresión de Donaldo Bossa Herazo para referirse a prostitutas retiradas del oficio. Se le puso bajo el patrocinio de Santa María Magdalena, que por la tradición católica era la protectora de “mujeres pecadoras”. De ahí le vendría el nombre corto de la calle.
La cercanía al matadero y al caño de San Lázaro pudo haber marcado su dinámica colonial, como ocurrió con las cercanas calles Tripita y Media, Tortugas y Maravillas, donde funcionaban talleres artesanales asociados al aprovechamiento del cuero y hasta los cuernos de las vacas. Sin embargo, a diferencia de aquellas calles, en La Magdalena no hay referencia de que haya habido pasajes donde se juntaban muchas familias en un solo solar.
Durante buena parte del siglo XX la Obra Pía fue sede de varios colegios: el Biffi, el bachillerato de la Universidad Femenina y el Colegio Central. Eso marcó los tiempos y las rutinas de la calle, con las constantes entradas y salidas de estudiantes. La calle era entonces ocupada por familias, en general una por casa, y poco comercio.
La última habitante de esas familias de antaño es doña Elvia Díaz. Tuvo por muchos años su mercería Mil Novedades en el edificio de la esquina que da al parque Centenario y donde los Ambrad tuvieron su laboratorio. Luego la mudo, hasta hoy, a un local en su casa, donde creció en medio de muchachada. “Todo esto era familia. Era muy sano. Recuerdo la jugarreta con los otros niños hasta tarde”, dice sobre su infancia, sentada en su negocio, donde hay todo tipo de elementos para embellecer ropa de hogar y de vestir.
En las últimas décadas, por su posición tan central, la calle ha virado su perfil a una de diversos usos comerciales. Hay hoteles y alojamientos, restaurantes, tiendas, mercería y un bar. De entre ellos el comercio más antiguo es el Almacén Policolor, con unos treinta años en su actual ubicación. Desde afuera se ven materiales de pintura y construcción en general, pero tiene un sorpresivo segundo piso donde se consigue todo tipo de materiales y soluciones para hacer renovación y arreglos locativos y de vivienda. Su dueño, Amaury Valdelamar siempre está ahí, con la solución a la mano para el que llega a preguntar.
NOTA: La información de sitios comerciales se tomó en medio del confinamiento por COVID 19. No todos estaban abiertos.
Fotografías: Harvin Lewis / José Caballero. Maxxi Pro.
Vivió la familia Bustos. El papá era un carpintero que por muchos años tuvo su taller en la calle Larga.
Hoy: El Cabildo Gastromar
Entrada trasera a la Obra Pía, cuyo frente da a la calle de la Media Luna. Aquí funcionaron el colegio Biffi, el bachillerato de la Universidad Femenina y el Colegio Central.
Se planea la construcción de un nuevo hotel.
Familia Mardiris.
Hoy: Hostal Real
Tel: (5) 664 78 66
Cartacho Tours Agency
Tel: 300 819 11 69
300 490 81 42
Vivieron la señora Escamilla en el primer piso y en el segundo, de balcón, la familia Pombo.
Hoy: Tienda y terraza La Nueva Orquídea.
Vivieron Anibal Zapateiro y, en otra época, Elvía Díaz.
Hoy: Hotel Casa Ébano 967
Tel: (5) 6445427
Casa della Pasta
Tel: 318 689 96 11