¡Ángeles Somos!

¿Cómo se recupera una tradición?
CULTURA VIVA

“Ángeles somos del cielo venimos pidiendo limosna pa´ nosotros mismos” es el canto que más se escucha cada primero de noviembre por los barrios de Cartagena. Sin embargo, el golpe de las ollas y los niños pidiendo yuca, plátano, maíz, ñame, papa, vegetales y carne de puerta en puerta, estuvo a punto de desaparecer.

 

Rosita Díaz de Paniagua, getsemanicense, socióloga y protectora de los derechos de los niños y niñas en Cartagena, se encontró con una sorpresa al momento de regresar a la ciudad “En 1976, cuando volvimos para radicarnos, me di cuenta que los pelaos ya no salían a buscar Ángeles Somos. Empezamos analizar por qué se estaba perdiendo eso, cuáles eran los cambios que se dieron en la ciudad y analizamos la tradición como tal”.

Comenzó entonces un proceso, que hoy, cuarenta y dos años después, no ha terminado, pero que ha rendido grandes frutos: Nos dimos cuenta que sería muy importante rescatar la tradición para rescatar un nuevo orden o tejido social”.

Rosita no consideró en crear algo nuevo sino en recuperar algo que ya existía. “Tiene que haber elementos en la memoria colectiva que puedan ser activados para que tú puedas hacer un proceso. Lo otro sería inventar una cosa y eso duraría muchos años”.

Una pregunta fue clave para volver a consolidar esta tradición “En 1983, Cartagena cumplió 450 años de fundada y el alcalde de momento, ‘Toño’ Pretelt, se iba a celebrar la independencia y yo le dije: -¿qué representa eso para los niños? ¿Por qué no rescatamos Ángeles Somos?- y ahí todo el mundo empezó hablar de eso, 35 años atrás”.

Desde entonces a la celebración se le han sumado aliados año tras año “yo no he recibido un peso de nadie. Si quieres participar de Ángeles Somos me dices: yo quiero ser el portero el día de Voces y Tambores, o voy a llevar los confites. Puede que el año entrante aparezca un teatrero y diga: quiero llevar un festival. Después se manifiestan los del museo diciendo para hacer un concurso de pintura. Entonces todos los años se consolida a través de la gente que va llegando”.

Y aunque Rosita ha sido fundamental en el rescate de esta tradición, también cada año colegios, juntas de acción comunal, y otras agremiaciones se organizan para que no desaparezca esta costumbre, oficializada en 2007 por el Concejo de Cartagena.

 “Muchas cosas hacen que las formas de la tradición vayan cambiado, pero sigue siendo la misma porque en ella hay valores como la solidaridad, la integración, la coordinación el trabajo en equipo, la posibilidad de convivir con el otro. Tú llegas donde está una olla y si quieres sancocho pides y te dan. Son valores propios de la cartagenidad inmersos en esa tradición”.

  A pesar de que esta celebración tiene un origen religioso, Rosita nos explica que “se volvió prosaico. El sancocho no entra en la tradición religiosa. Nunca ha habido un ritual desde el punto de vista espiritual para Ángeles Somos”.

“Este año volvimos a Getsemaní, pero no dejamos el resto de actividades que realizamos en toda la ciudad. Unimos a niños del barrio con otros de diferentes zonas de la ciudad en siete calles de Getsemaní y finalizamos en el Parque Centenario”.

 

La tradición continúa

 Cerca de 700 niños de Getsemaní y de las tres localidades de Cartagena celebraron Ángeles Somos el pasado 1 de noviembre. Tras recorrer las calles del barrio, los niños llegaron al Parque Centenario. Allí se realizaron muestras culturales a cargo de una banda y danza del municipio de Santa Catalina, obras teatrales y la participación del Parlamento de los Niños, donde pidieron que se les sigan protegiendo sus derechos.

 Oscar Hoyos, estudiante de la Institución Educativa 20 de Julio, resalta que la “tradición de Ángeles Somos debe seguir porque ahí se rescatan muchos valores y el sentido de pertenencia por la cultura. A los niños que no participan de esta tradición les digo que salgan porque aquí todos compartimos y nos podemos relacionar de una mejor manera”.