¿Qué diría Donaldo Erazo, escritor de Nomenclátor Cartagenero, si pudiera ver hoy en lo que se ha convertido la calle de San Andrés del barrio Getsemaní? Este camino, que antaño lo describiera él como sin mayor interés histórico ni arquitectónico, hoy es reconocido como uno de los corredores más comerciales y concurridos de la zona turística de Cartagena. Y si bien no son referentes arquitectónicos, las fachadas de la calle San Andrés son referencia de disfrute musical y gastronómico.
Rosita Díaz de Paniagua, recuerda esta calle como una incluso más residencial que Tripita y Media, en donde ella vivió con su familia hasta principios de este siglo y por donde caminaba para ir y venir de casa de sus amigos y familiares que vivían en diferentes calles de Getsemaní.
Banderillas de colores que se sujetan a los techos de las edificaciones que están a lado y lado de esta calle se sacuden con las brisas cartageneras y le dan la bienvenida tanto a quienes vienen de Tripita y Media como a los que cruzan desde la calle De Guerrero. Muchas voces, caras, colorido y oferta de servicios inundan hoy este tramo. Y es que es muy importante precisar que es hoy que se ve y se siente así, porque San Andrés es una de las calles de Getsemaní que más ha cambiado y sigue cambiando con el pasar de los años.
La dinámica residencial ya no existe, pero basta con que llegue la noche para presenciar escenas que recuerdan prácticas barriales de hace ya muchos años, cuando los niños o jóvenes se sentaban en la calle a charlar o jugar. Hoy día, este escenario lo montan jóvenes extranjeros y locales que se sientan en las aceras a comer lo que han pedido en algunos de los negocios ambulantes de comidas rápidas o simplemente a terminar de tomarse la cerveza que compraron, mientras charlan un rato.
La calle Tripita y Media y la calle San de San Andrés, se confunden, se mezclan, y no te das cuenta en qué momento saliste de una y entraste en la otra, incluso desde muchos años antes se le llamaba a la primera, la Segunda de San Andrés. Son unas de las vías favoritas para llegar a la tan popular plaza de la Trinidad, a la que muchos logran arribar si no son atrapados por todo el pasaje de servicios y comida que se encuentran en este camino.
Estas son calles que se transforman con el correr del día. De 2:00 PM a 4:00 AM es exclusivamente peatonal. Mensajeros, pequeños vehículos de carga que proveen a muchos de los negocios que aquí funcionan, cumplen sus labores. Las carretas con frutas y tubérculos transitan y los vendedores que las llevan ya no son aquellos pregoneros que hacían que las señoras de las casas salieran a proveerse los alimentos que ellos vendían. Su clientela ahora son los pequeños restaurantes y los transeúntes.
Cuando va entrando la tarde y la noche, debes abrirte paso para caminar. Andar en grupo o agarrado de las manos y del brazo de alguien es una tarea que se complica por la gran afluencia de personas que transita la calle de San Andrés donde no hay santos, ni nada religioso, sino más bien invitaciones: a comer en lindos restaurantes o simplemente arepas que parecen ser la comida preferida y que se encuentra tanto en locales como en puestos callejeros; a tomarse un jugo, a comer paletas, a comprarse una pintura o una artesanía colombiana incluso hasta una joya.