El conjunto de antiguo convento de San Francisco y sus huertas -donde estaban casi todos los antiguos cines- junto con el Club Cartagena y dos predios contiguos hacen parte del espacio donde se está edificando el proyecto San Francisco.
Las construcciones que albergaron los cines estaban en franco deterioro desde su cierre a finales del siglo pasado. “Cada edificio tiene su presencia y su propio carácter arquitectónico así que cada uno de ellos debe manejarse de acuerdo a eso”, precisa Ricardo Sánchez, el arquitecto restaurador del proyecto. Las que fueran las fachadas de los teatros Cartagena, Colón y Rialto tendrán caminos de restauración, conservación y puesta en valor distintos pues se trata de condiciones diferentes.
Esto aunque las une un pasado en común pues las diversas adecuaciones para convertir o construir aquellos inmuebles, según fuera el caso, y mantenerlos como teatros y salas de cine fueron hechas cuando no había la sensibilidad, los métodos, los recursos ni la legislación actuales para recuperar, preservar y poner en valor los Bienes de Interés Cultural de Interés del orden Nacional (BICN) como lo es el convento de San Francisco. Eran tiempos en que la noción de progreso era lo prioritario y el pasado, algo que se debía dejar atrás. Se hicieron entonces extensas excavaciones para hacer plateas; un gran palco en concreto puro; se derribaron muros antiguos, se levantaron paredes de bloque y se pusieron tejados modernos de asbesto-cemento; se demolieron casi todas las Anexidades, que eran el ala de apoyo a Claustro de San Francisco; y se construyeron edificaciones sin ningún criterio arquitectónico.
Para el caso del Teatro Cartagena se conservará la fachada del teatro, no así el cuerpo del teatro ya que para la construcción de este “la capilla de la Veracruz fue demolida en 1938, sin considerar su valor patrimonial. Solo dejaron unos pocos cimientos y un pedazo de muro debajo de las escalinatas. Como parte de la puesta en valor de estos hallazgos se contempla la creación de un restaurante en el volumen que ocupaba la capilla y en el que se resaltarán los hallazgos arquitectónicos desenterrados”, según Sánchez,
Siguiendo la norma vigente, lo que se está haciendo es la “excavación arqueológica, restauración y consolidación de los vestigios de los cimientos” tanto de la Veracruz, como de la capilla de San Antonio, que ya se había perdido antes. A partir de la arqueología exhaustiva se hicieron algunos ajustes como que el sótano no toque los hallazgos mencionados.
Para mantener la memoria colectiva se realizará entonces la conservación de la fachada del Teatro Cartagena según la hizo el gran arquitecto cubano Manuel Carrerá, con algunas modificaciones menores para adaptarla a su nuevo uso.
El caso del Teatro Colón es distinto porque fue hecho en lo que quedaba del templo o iglesia de San Francisco, que es un bien de interés cultural (BICN). Allí lo fundamental es recuperar, restaurar y poner en valor el edificio sacro siguiendo lo que fue proyectado en sus orígenes en el siglo XVII. Buena parte de los agregados que serán removidos fueron justo los que le pusieron al templo para convertirlo en el Teatro Colón. Ahora lo que se busca es “recuperar la elegante sencillez típica de la arquitectura colonial”, según Sánchez.
“Se trata de un proceso dispendioso, lento y cuidadoso para retirar los agregados posteriores al siglo XVII tales como abrir los ojos de buey y las ventanas; restituir la escalinata original; recuperar el quicio de piedra original; restaurar la portada de tres puertas en arco de la fachada para que recuperen su altura y proporción originales; recuperar también las columnas de madera, únicas en la ciudad”, enumera el arquitecto Sánchez. También se reconstruirá su cubierta original con su artesonado de madera y siguiendo técnicas tradicionales.
El Teatro Rialto, por su parte, se construyó sobre parte de las antiguas huertas del convento así que no afectó o destruyó ninguna edificación previa. No es un Bien de Interés Cultural (BICN) y la fachada del año 27 fue demolida. Se buscaron vestigios, pero no se encontró nada. Tampoco se sabe quién la diseñó. Era una fachada de buen aspecto, bastante grande, como la recuerdan algunos vecinos. Lo que se hará es reinterpretar la parte baja de aquella fachada del año 27, con sus baldosines, cornisas y ornamentos. Se recrearán con cuatro vanos principales y uno secundario, que servirán de acceso al conjunto hotelero por la Calle Larga.
En el hotel venidero se abrirá al público un Centro de Interpretación donde se podrán apreciar los muy distintos hallazgos arqueológicos, históricos y arquitectónicos encontrados en todos los predios integrados en el nuevo proyecto hotelero.