Frases así les sonarán muy familiares a los getsemanicenses. Muchos se han tenido que ir por causas como esas. Pero son exactamente el mismo tipo de expresiones y argumentos que se han ido turnando en mecas turísticas como Nueva York, Venecia o Barcelona, pero también en ciudades sin un turismo tan masivo.
La gentrificación no es un proceso lineal e igual para todos, en el que siempre sucede primero A, luego B, C y así. Y no se aborda por ciudad sino que cada barrio la vive o padece de manera distinta.
Por eso es muy recomendable tener a la mano los distintos conceptos, tendencias, y soluciones intentadas alrededor de este problema. Y pensarlos siempre en función de lo que está pasando en Getsemaní.
Esta vez nos vamos a valer de las reflexiones del libro Gentrificación: Capitalismo cool, turismo y control del espacio urbano, del doctor en sociología Jorge Sequera Fernández, muy documentado y de reciente publicación.
Por ejemplo, puestos a pensar el fenómeno en Getsemaní: ¿Se trata más bien de un proceso de turistificación?; ¿De patrimonialización?; ¿De una renovación urbana inevitable?; ¿Refleja unas tensiones de la propia ciudad que vienen de mucho tiempo atrás?; ¿el ser nombrado como uno de los barrios más cool del mundo fue sin quererlo un ‘regalo envenenado’?
Hay que tener claras este tipo de preguntas en las discusiones con autoridades, aliados, actores privados y comunidad. Sin un marco de ideas claras cualquier solución parece buena (así se haya mostrado desacertada en otras partes del mundo) o se aborda de manera equivocada el problema.
Comencemos por una definición básica, en la que la mayoría de estudiosos podrían estar de acuerdo:
“La gentrificación es la expulsivón de gentes, prácticas y saberes de un territorio concreto a través de la reinversión del capital público y/o privado y la incorporación de una población con mayor capital económico o cultural”.
Esa definición se basa en la que formuló en 1964 la socióloga Ruth Glass al estudiar cambios sociales en Londres y que hoy se usa de una manera más amplia para referirse a otros tipos de desplazamiento de las poblaciones en sectores de larga tradición residencial.
Suele suceder en el ‘centro’ de las ciudades: primero se vienen a menos y la inversión pública o privada disminuye, hasta un punto en que los terrenos o inmuebles pierden casi todo su valor previo. Luego las expectativas de grandes ganancias están en ‘rehabilitarlos’.
¿Qué fenómenos hay que tener en cuenta para abordar este tema, según el autor?:
Y entre los cambios urbanos menciona en particular:
El libro es también un llamado a complejizar la discusión y no quedarnos en consignas simplistas: ¿En qué nos parecemos y en qué no a otros barrios y ciudades afectados? ¿Cuáles son, entonces, las estrategias que nos permitan revertir ese fenómeno y hasta qué punto lo podremos hacer?
“Sin duda, la expulsión de pobladores y prácticas sociales autóctonas (...) es el mayor efecto negativo de la gentrificación, ya que ocasiona una auténtica dislocación social y profundas secuelas psicológicas, físicas y emocionales a sus vecinos, por lo que es contrario al derecho a la ciudad, a la vivienda y a la defensa de los derechos humanos”.
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Gentrificación. Capitalismo cool, turismo
y control del espacio urbano
Jorge Sequera Fernández
Ed. Los libros de la Catarata
Madrid. 2020
(Disponible en versión
digital en Amazon)
" “La gentrificación es la expulsivón de gentes, prácticas y saberes de un territorio concreto a través de la reinversión del capital público y/o privado y la incorporación de una población con mayor capital económico o cultural”."