Foto: GUIDOULLOA

Los vecinos salieron de Tripita y Media, pero la calle y el barrio no salieron de ellos

LA CALLE

En el siglo pasado “era una muestra de lo que era la vida del barrio Getsemaní”, cuenta Rosita Díaz de Paniagua a quien esta calle vio nacer y quien es una de las personas con las que afortunadamente, aun después de la diáspora de los getsemanisenses, se puede contar para recrear con palabras la vida en este rincón emblemático de Cartagena


Había residencias, pero también comercios. El mismísimo padre de Rosita tenía un almacén en su casa. “Esta calle, por ser precisamente la entrada al barrio, era una calle multifacética”, explica ella. Se encontraban pequeños hoteles y señoras “vivanderas” que eran las que traían y comercializaban productos de contrabando. “El concepto de vivandera no era uno peyorativo, sino que se aplicaba a personas a quienes se les reconoció esa práctica como su trabajo”, dice.


“Las casas de esta calle tenían como especie de bodegas, pero enterradas, eran unas especies de despensas. De hecho, también había pasaje. Una de las tipologías de vivienda de Getsemaní. En los pasajes compartían casi todo, a excepción de las habitaciones; a diferencia de las ‘asesorías’  que compartían algunos servicios, el patio, pero tenían separado el comedor y  la cocina”, recuerda Díaz.


Los jóvenes y niños de esta calle, así como en la mayoría de Getsemaní tenían varias mamás; la que los parió y las vecinas. La vida comunitaria y solidaria era tal que los vecinos cuidaban y regañaban a los niños de otros como a los propios. “Era un ambiente muy comunitario, de relaciones muy humanas entre todos. Recuerdo a mis mamás de esa calle. A pesar de que a la mía le gustaban muchas actividades como las de las Fiestas de la Candelaria, había otras que no, pero a mis otras madres sí, entonces yo disfrutaba de todo”. Evoca Rosita. 


Justamente sus recuerdos de infancia allí y en todo su barrio, hacen parte de la inspiración que la llevó a emprender el gran proyecto de vida que ha sido el rescate de la celebración de Ángeles Somos. (inserta el link del artículo de Ángeles somos)


Cuando la familia de Rosita Díaz decidió salir de Tripita y Media, ya faltaban muchos de los amigos. Muchos vecinos y mamás que tuvo en esa calle se habían ido. “Creo que nos fuimos a principio de este siglo, cuando empezó a descomponerse el barrio. Eso fue más o menos en el año 78 cuando se trasladó el mercado para Bazurto. Ese momento también coincidió con la eliminación de Tesca, que era la zona de tolerancia. De hecho, al lado de mi casa, sobre la avenida Daniel Lemaitre, pusieron un club que quedaba antes en aquel lugar y que empezó a funcionar acá”. 


Este fue un punto de inflexión en la historia de Tripita y Media y todo Getsemaní a partir del cual se puede analizar también la diáspora de las gentes que lo habitaban. “Muchas casas quedaron desocupadas porque la gente que vivía allí y que tenía sus colmenas en el mercado se trasladó para Bazurto. Fue un proceso consecuente de este hecho y de la introducción para entonces de otro tipo de actividades que no eran tan compatibles con la residencialidad. Ahí fue donde nuestros padres empezaron a decir: no podemos seguir criando aquí a los hijos, ni a los nietos, hay que salir”, explica Díaz.


Con la seguridad que le da el conocimiento que lleva encima tras sus estudios y trayectoria como socióloga, dice:"particularmente pienso que en Getsemaní no ha habido gentrificación, sino una  diáspora. Creo que ocurrió un proceso de patrimonialización que fue a principios de este siglo después de la declaratoria de Cartagena como patrimonio cultural de la humanidad en el año 84,  y considero que hoy está en un proceso de turistificación".


A pesar de que Tripita y Media ya no es una calle residencial, Rosita asegura que la vida de Getsemaní se volvió una cultura  transfronteriza. “Muchos de los que vivimos fuera cuando llegamos al barrio hacemos lo mismo y no nos queremos ir. Incluso en nuestros nuevos lugares de hábitat tratamos de recrear muchas de las dinámicas que solíamos tener allá. La vida de barrio de Getsemaní es un estilo de vida”.

" La vida de barrio de Getsemaní es un estilo de vida."