Hay un Getsemaní que habita en el recuerdo. Un barrio bastante más diverso, con una vida cultural y vecinal muy potente. Personajes, olores y sabores de un tiempo no tan lejano.
Una de las claves para entender este territorio social y humano es entender que Getsemaní se ha transformado muchas veces desde su comienzo, al despertar de los años 1600. Y que cada inmueble, en particular, también ha tenido su larga historia de usos.
En un año tan reciente como 2005, el censo nacional arrojó que en Getsemaní había once predios donde se trabajaba en madera, en otros once se hacían labores de impresión y en seis más se producían prendas de vestir. Un remanente ahora casi extinto de la época, hace un siglo, en que Getsemaní funcionó como un barrio incubador de empresas. Ese mismo censo dejó consignado que entonces había 207 negocios de comercio al por menor, seguramente una fracción de los que hubo en tiempos del Mercado Público, pero muchos más de los que existen ahora.
Pensar en estos viejos sitios lleva a la idea de que el territorio hace comunidad y viceversa. Getsemaní tenía árboles frutales y pescado a la mano; formas comunitarias de vida como los centros de manzana, los pasajes o accesorias; una fuente de comercio como el Mercado Público; o de trabajo como la Jabonería Lemaitre y las diversas empresas y talleres; una cuadra clave para el comercio con toda la región como la Media Luna; mucha diversión en los cines un barrio así forma un tipo de vecindad y de habitante.
No se trata de idealizar el pasado y creer que todo fue idílico. También había problemas entonces. Pero sí, de recordar espacios que en general fueron muy gratos y ayudaron a moldear el Getsemaní que hoy somos. También para reflexionar sobre el tipo de barrio que está surgiendo y, sobre todo, el que vendrá con la fase posterior de la pandemia actual, que ha cerrado tantos negocios y tiene a otros aguantando un chaparrón demasiado largo. ¿Qué barrio podemos imaginar sabiendo y valorando el barrio que fuimos?
“Este censo de lugares en la memoria refuerza nuestra hipótesis que Getsemani era un micromundo autosuficiente que abastecía a sus habitantes, pero que nunca fue solamente residencial”, piensa la socióloga Rosita Díaz.
Optamos por listar sitios que surgieron a lo largo del siglo pasado. Unos se mudaron varias veces de sitio. Dejamos aquel lugar donde más se le recuerda. En casos de sitios múltiples como las tiendas, los talleres o los centros de manzana, optamos por señalar algunos pocos. Si nos fuéramos a los siglos antes del XX la lista se haría casi interminable, aunque es una labor que ojalá se pueda hacer algún día para mantener una reserva de la memoria colectiva. Por ahora sabemos que en El Getsemanicense vendrán algunos artículos para contar más al detalle alguna de las historias detrás de estos sitios memorables.Para saber más:
Cartagena de Indias. Relatos de la vida cotidiana y otras historias. Rafael Ballestas Morales. Universidad Libre de Colombia. 2008
Getsemaní. Patrimonio inmaterial vivo del Centro Histórico de Cartagena de Indias. Florencio Ferrer Moreno y Martín Alfonso Morillo Triviño. Re-edición 2018
Getsemaní. Historia, Patrimonio y bienestar social en Cartagena. Rosa A. Díaz de Paniagua y Raúl Paniagua Bedoya. Re-edición 2017
Monografía de Cartagena. Manuel Pretelt Burgos. Segunda edición. 2011. Universidad de Cartagena.
También se utilizó reportería para diversos artículos de El Getsemanicense y la valiosa memoria de diversos vecinos del barrio. Agradecimientos especiales a Florencio Ferrer, Rosita Díaz de Paniagua y Edelmira Massa Zapata.
1. La plaza de la Trinidad, cuando las calles eran de tierra y se usaba como diamante para jugar béisbol y bolita de trapo.
2.Plaza del Pozo, donde se hacían juegos tradicionales, ahora un espacio para mesas de restaurantes.
3. Las botas viejas, en su rotonda a la salida de la Media Luna. Trasladadas a su sitio actual al pie del Castillo de San Felipe.
4. La retreta en el parque Centenario. Retomada en el parque actual, pero sin aquel uso musical desde hace décadas.
5. Club Cartagena, en su época dorada, entre los años 20 y 50.
6.El Mercado Público, suma de varios edificios en el espacio que hoy ocupa el Centro de Convenciones. El cuerpo principal fue inaugurado en 1904.
7.Mercado de carnes y pescado, estrenado en 1929
8. Puestos de jugos y comidas rápidas en el muelle de la Bodeguita.
9. El Matadero
10. El Polito
11. El Polito II
12. Comedor comunitario de Tatía, donde comían, entre otros, los trabajadores de la jabonería Lemaitre, y otros comedores comunales.
13. La Cueva, la primera. Después pasó al Mercado Público
14. La Cueva de Rafael Villa
15. Salsamentaria La Heróica, de Lázaro Faimauru.
16. Salsamentaria Delicatessen, de Froim Stoleru.
17. El kiosko del Helado Japonés.
18. Cooperativa de Consumo: venta de granos y abarrotes.
19. Panadería Schuster
20. Fábrica de horchata de los hermanos Díaz.
21. Perfumería y Jabonería Lemaitre
22. Camisas Beetar
23. Zapatos Beetar
24. Industrias alrededor del Mercado Público: trilladoras de grano, prendas de vestir, calzado, colchones.
25. ‘El Guafe’, del ‘Churro’ Pájaro al frente del atracadero, donde guardaban, arreglaban y fabricaban lanchas y embarcaciones.
26. Taller Romerín, de tornería y soldadura
27. Talleres Castellón
28. Taller de herrería Ruiz
29. Taller del ‘Monito’ Valdelamar, que reparaba motores de embarcaciones.
30. Taller de herrería de Jesús Acevedo, en la calle del Pedregal, el último en cerrar (2019).
31. Fabrica de gaseosas y hielo Walter.
32. Fábrica de medias Merlano.
33. Fábrica de grasas
34. Fábrica de artículos de tagua
35. Fábrica de tejidos de punto
36. Club La Estrella Roja
37. Sábado Lomba, donde Esther María
38. Casa Loma, de Doris Aponte.
39. Los viejos teatros:
50. La estación del tren a Calamar.
51. El puerto de pasajeros en La Bodeguita.
52. El puerto asociado al Mercado.
53. La pista acuática para aviones en la bahía de las Ánimas
54. La estación de autobuses ‘pringacara’ que iban para Manga-Pie de la Popa.
55. Estación de buses para otros barrios.
56. Estación buses que venían de los pueblos como Turbaco, Villanueva, Santa Rosa o Turbana, entre otros.
57. La Colombiana. Vendían abasto de día y en la noche hasta la madrugada ponían en la calle unas seis o siete mesas de comida popular y animales de monte.
58. Las tiendas de barrio.
59. La carbonera.
60. La Puerta del Sol. Repuestos para automóviles.
61. Almacen de Luis H. Diaz.
62. Foto Laboratorio de Antonio Díaz y Juanita de Díaz.
63. Almacén La Cigarra, de Lola Raad.
64. Almacén Las Tres Estrellas, de Salim y Jorge Malof.
65. Mueblería Bazar El Sol.
66. Zapatería Venus, de Eusebio Sáenz.
67. Almacén El Campesino.
68. Peluquería de Galo y Mincho Ramos.
69. Bazar Bolívar.
70. La feria de los juguetes, en diciembre.
71. Almacén Eléctricos y Electrónicos.
75. Las calles y aceras como espacio social y de deportes.
76. Los patios y centros de manzana.
77. Los pasajes.
78. Los pozos y aljibes, donde se recogía agua de manera comunitaria.
79. El edificio Mainero.
80. Colegio Biffi, Colegio Lourdes y, luego Liceo Nacional Femenino, hoy Soledad Acosta de Samper.
81. El colegio Mercedes Abrego.
82. Colegio Camilo Torres.
83. Colegio Central.
84. Colegio Lácides Segovia.
85. Escuela de banquito de la seño Silvi.
86. Biblioteca Juan de Dios Amador.
87. Observatorio del Caribe y la Fototeca de Cartagena, que funcionaron algunos años en Getsemaní.
88. Casa de infancia del escritor Germán Espinosa, autor de La Tejedora de Coronas, entre otros cuarenta libros.
89. Las farmacias de la Media Luna: