Ángeles para toda una nación

CULTURA VIVA

Una hermosa tradición cartagenera acaba de completar un paso crucial para ser incluida entre las tradiciones inmateriales protegidas por la Nación: el Consejo Nacional de Patrimonio aprobó la postulación de Ángeles Somos para integrar Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial del Ámbito Nacional.  

Todavía falta un paso grande para cerrar el proceso, pero ese concepto favorable era la cuesta más empinada. El camino hasta aquí ha sido largo. Comenzó hace 37 años, con una joven socióloga getsemanicense que regresaba a la ciudad después de graduarse en Medellín. De niña, una de las cosas que más le gustaba era aquella tradición de pedir las vituallas para el sancocho de Ángeles Somos el primero de noviembre. Sin embargo, a su regreso notaba que la tradición empezaba a desvanecerse, a pesar de que estaba muy viva cuando ella se había ido, nueve años atrás. El halloween, la celebración de origen foráneo y muy comercial empezaba a prevalecer sobre las tradiciones locales. La calabaza gringa le estaba dando sepultura a la yuca y al guineo. 

En 1983 la invitaron a una reunión para preparar la celebración de los 450 años de la ciudad. Después de escuchar a tanta gente ilustre hizo esta simple pregunta: ‒¿Y qué se va a hacer para los niños?. A eso, le contrapreguntaron ‒¿Y a tí, qué se te ocurre? La respuesta ya se puede imaginar: ‒¡Volvamos a celebrar Ángeles Somos! En medio de la discusión, unos y otros empezaron a recordar y a cantar las coplas. La tradición no se había perdido, solamente estaba dormida. Había que despertarla.

La celebración de ese 1983 estuvo muy bien, con todo el apoyo oficial. Pero en los años siguientes el entusiasmo y la participación decayeron. Rosita se dió cuenta de que había que darle más estructura e institucionalidad a ese esfuerzo. Eso implicaba trabajar en varios frentes, distintas puertas y seguir motivando a quienes ya estaban comprometidos en los barrios.

La tradición no era solo del Getsemaní natal de Rosita, que igual ha sido un bastión y lo considera como algo muy propio. En buena parte de la ciudad y en otras poblaciones de la región Caribe se le celebra. Rosita, muy involucrada en el sector docente empezó a mover el tema, concentrándose primero en los más pequeños, mediante la Asociación de Educadores de Preescolar (ADEP). Desde entonces su foco no ha sido solamente la tradición por sí misma sino que los niños y niñas ejerzan plenamente sus derechos, en particular a tener una identidad y una cultura propias. 

De a pocos se pudo involucrar a más personas e instituciones tanto privadas como públicas, corporaciones culturales y educativas, juntas de acción comunal y medios de comunicación. En 2007 lograron que el Concejo de Cartagena aprobara el acuerdo 003 del 23 de abril, por el cual se declara el “Primero de noviembre, día de Rescate de Tradiciones”, que le adjudicó responsabilidades a varias entidades distritales. En 2008 crearon con Raimundo Angulo, Ángeles Somos Observatorio de Infancia y Adolescencia Cartagena de Indias. La visibilidad de Raimundo y su llegada a distintos escenarios nacionales ayudó a seguir avanzando en el camino. Entre tanto los niños que habían conocido la tradición desde preescolar la celebraban cada vez más en los barrios como algo propio. La plantica había echado raíces.

Llamando a lista

Con todos estos avances era hora de buscar instancias que permitieran asegurar que la tradición perviva y con ella se reconozcan y se practiquen los derechos de la infancia. Hacer parte de la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial del Ámbito Nacional era un objetivo ambicioso, pero viable. Pero el trabajo para lograrlo no era poco.

La lista actual solo tiene dieciocho manifestaciones incorporadas. Esto se debe a que para llegar ahí es necesario demostrar la importancia y representatividad de la manifestación cultural. Otra manera de decirlo es: ¿Qué se pierde esta nación si se deja morir una tradición así? No quisiéramos imaginar una Colombia sin Carnaval de Barranquilla, sin palabreros Wayúu, sin Palenque o los cantos de vaquería en el llano. En el mundo se ha ganado muchísima conciencia de lo imperioso que resulta proteger esas manifestaciones culturales, pues hacen parte del tejido fundamental de cada región y nación. Entrar en la lista garantiza que de la Nación para abajo haya compromisos y esfuerzos tanto de gobierno como de la ciudadanía para proteger la manifestación.

Arriba decíamos que falta un paso grande: ahora hay que elaborar un Plan Especial de Salvaguarda (PES) que es la hoja de ruta y responsabilidades de todos, incluidas las distintas instancias de gobierno. Tiene que tener mucha participación colectiva y ser presentado en el plazo de 12 a 36 meses. Mientras tanto, Ángeles Somos estará integrada a la lista indicativa, que es la antesala antes de que se apruebe el PES.

Para la presentación ante el Consejo Nacional de Patrimonio la tradición fue definida así:

Ángeles Somos es una celebración tradicional en el Caribe Colombiano, centrada en los niños, alrededor del juego, de la música y del canto, cuyo eje se mueve en la cultura gastronómica y fortalece importantes procesos sociales, en el cual los adultos juegan un rol importante pero no definitivo. 

“El proceso de construcción del PES ya se inició, pero es fundamental la más amplia y sólida participación de personas e instituciones; darnos la oportunidad de construir entre todos y para beneficio de nuestros niños y niñas y de las próximas generaciones; que -unidos y superando diferencias- podamos avanzar en dejarle a la ciudad un camino para la construcción de otros procesos”, dice Rosita.

Para Getsemaní hay otra buena noticia: nuestra Vida de Barrio, con todas nuestras tradiciones, está haciendo también su camino para integrar la lista. La postulación ya fue presentada en una primera instancia al Ministerio de Cultura.  

¿Cómo es la vaina?

Explicado para quienes lean esta líneas y no hayan tenido el placer de participar alguna vez: Ángeles Somos es una tradición difuminada en el Caribe colombiano que viene desde la Colonia y suma elementos de la tradición hispánica, católica, indígena y negra. Los niños y niñas recorren las calles tocando y cantando coplas mientras van pidiendo viandas casa por casa para completar con qué hacer su sancocho. 

Antes de salir se han reunido para determinar las tareas y lo que hay: los palos y tapas de ollas para acompañar los cánticos; la olla grande y quienes van a llevarla; quién va a tocar la puerta; quién y en qué va ir guardando las viandas que vayan recibiendo; quién o quiénes van a ir llevando el recorrido, dónde se va a montar el fogón”. Ese día los adultos no mandan, son guías. Comerse el sancocho es solo el final, pero lo importante está en todo el proceso en el que se viven valores de generosidad, solidaridad, cooperación,  responsabilidad, compañerismo, sentido de pertenencia y  trabajo en equipo.

Una vez todo está listo, comienza el alegre recorrido, haciendo sonar las tapas y los instrumentos. Los niños siendo ellos mismos, sin disfraces ni elementos distintos a los de la vida cotidiana.

Ángeles somos del cielo venimos

pidiendo limosna pa’ nosotros mismos.

No te rías, no te rías

Que la mochila está vacía.

No te dilates, no te dilates

saca el bollo del escaparate.

Ándate ligero, ándate ligero

que nos coge el aguacero

Luego de recorrer el barrio con todo lo recolectado se arma un sancocho comunitario y planetario: gallina, ñame, mazorca, ahuyama, repollo, cebolla, zanahoria, cilantro, ají, papa, apio, cada uno con su origen en un sitio distinto del globo. 

“Es una tradición que ha ido tomando las características culturales de cada sitios. Por ejemplo, hoy persiste en Barranquilla, Magangué, y otros sitios del Caribe colombiano, pero también en el Caribe insular. También en México, Argentina, Salvador y Guatemala, en España y algunos sitios de Alemania. Una persona de la comunidad árabe me comentó que ellos en el Ramadán hacen una celebración parecida por aquello de compartir, recoger comida y otras cosas”, nos dice Rosita. 

La lista

Las 18 manifestaciones protegidas por la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial del Ámbito Nacional son:

  • Espacio cultural de San Basilio de Palenque
  • Carnaval de negros y blancos de Pasto
  • Procesiones de Semana Santa de Popayán
  • Cuadrillas de San Martín
  • Carnaval de Riosucio
  • Fiestas de San Francisco de Asís o San Pacho en Quibdó
  • Encuentro nacional de bandas de música en Paipa
  • El proceso de formar y vivir como nükak baka (gente verdadera). San josé del Guaviare
  • La tradición de celebrar a los ahijados con macetas de alfeñique en la ciudad de Santiago de Cali
  • Bëtscnaté o Día Grande de la tradición camëntsá (Sibundoy, Putumayo)
  • Cuadros vivos de Galeras, Sucre
  • Cantos de trabajo de Llano
  • La música vallenata tradicional del Caribe colombiano
  • Gualíes, alabaos y levantamientos de tumba, ritos mortuorios de las comunidades afro del Medio San Juan
  • Manifestación cultural silletera
  • Carnaval de Barranquilla
  • Partería afro del Pacífico
  • Sistema de conocimiento ancestral de los pueblos Arhuaco, Kankuamo. Kogui y Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta