Esta parte de Getsemaní tiene bastante amplitud, comparada con la mayoría de calles, que son estrechas. Esto se explica al menos por dos razones. La primera es que era una zona de reserva de la muralla para plantar huertas -útiles en caso de asedio- pero no edificaciones, para evitar incendios y víctimas durante un ataque de piratas o corsarios.
La segunda razón es el despeje para crear la avenida, el siglo pasado. Por eso aquí se encuentran muchos lotes, antiguas bodegas o espacios amplios y casi ninguna casa alta de origen colonial. El nombre le viene de las piedras que se acumulaban en esos predios tanto para el sistema defensivo como para la creciente construcción de casas en el barrio.
En la primera entrega repasamos los predios desde el Puente Román hasta la calle Pedro Romero o la extensión de la calle de Carretero. En esta iremos de allí hasta la Media Luna. En la tercera entrega -de la Media Luna hasta la avenida Lemaitre- hablaremos de Las Botas Viejas y de la Puerta de la Media Luna, que quedaban en esta “esquina de las brisas”. También terminaremos de relatar la historia de esta avenida.
Fotografía: Edgar Hernández / Marcos Acevedo