¿Qué hace tan distinta a la avenida del Pedregal del resto de Getsemaní? Tiene un ancho notable comparada con las calles estrechas del resto del barrio. Mucho predio sin edificar y pocas casas altas o antiguas de dos pisos. Eso tiene explicación en la historia profunda del barrio. En las próximas tres entregas contaremos en detalle esta singular calle.
En la Colonia el Pedregal era como las espaldas de Getsemaní. La Media Luna, con su salida a tierra firme, y la calle Larga, con su acceso al puerto eran donde se veía ḿás prosperidad económica y social. Manga sería habitada apenas tres siglos después. Por lo tanto no había un puente como el Román.
Había una poderosa razón militar para mantener deshabitada esa zona: las murallas eran el blanco de los proyectiles enemigos. Por eso se dispuso no construir nada a quinientos pasos de ellas. Se trataba de salvar vidas y evitar los incendios que podrían regarse por el barrio.
A esos terrenos se les dió entonces un uso estratégico: huertas. Esta ciudad amurallada se podía sitiar, como lo demostró de manera brutal Pablo Morillo en 1815. Por eso era recomendable tener una provisión interna de alimentos, para resistir algún tiempo. Para la Independencia aún no había allí una calle transitable sino huertas, cada una parte de un predio en particular y que llegaban hasta la propia muralla. Quien miraba hacia el Pedregal desde el otro lado del agua -en lo que hoy es El Espinal o Manga- veía palmeras y muchos árboles.
Al parecer del otro uso que se le dió entonces le provino el nombre. Allí se acumulaban las piedras para construcción que se traían desde Barú y Tierrabomba. Muchas piedras = Pedregal. El estudioso Donaldo Bossa Herazo le daba otro origen al nombre: “Por el ingeniero militar D. José Díaz de Pedregal, quien vino a Cartagena hacia 1771” y que llegó a ser “Ingeniero Director de la plaza de Cartagena en 1795”. “En ningún caso el nombre de esta playa se debe a accidentes geográficos, porque en Cartagena no ha habido nunca pedregales sino arenales”, escribió Bossa.
Aquí quedó el taller del ‘Monito’ Valdelamar, que reparaba motores de embarcaciones.
También quedó el local Mi Barcito.
Hotel Armería Real
651 74 60
Por estos predios quedaron el taller de herrería Ruiz y la fábrica de horchata de los hermanos Díaz.
Por estos predios quedaron el taller de herrería Ruiz y la fábrica de horchata de los hermanos Díaz.
Casa Pedregal.
Por estos predios quedaron el taller de herrería Ruiz y la fábrica de horchata de los hermanos Díaz.
Casa Marqués del Pedregal
305 706 99 87
Cruce con calle Las Chancletas. Aquí llegaban pescadores de Barú y Tierrabomba para vender sus productos en las calles del barrio.
Rincón Guapo, en la entrada a la calle Lomba. Antes, aquí era donde los aprendices de conductores dejaban los guardabarros practicando en esa curva estrecha y cerrada.
Anteriormente existía un aserradero de don Abraham Zascu, dueño de maderas Maderico y Maderas del Atrato.