Sobre el origen de su nombre no hay consenso. Sierpe significa “serpiente” en español antiguo y es de las pocas calles que ha mantenido su nombre original desde la Colonia. Eso respaldaría la idea de que su forma curva recordaba a ese animal. Las leyendas varían, pero siempre hay una serpiente y a veces a una bruja o a un gobernador que la capturó.
“Es posible que algún sevillano (numerosísimos en Cartagena en la era colonial) aquejado por la nostalgia de su patria chica, llamara a esta vía pública calle Sierpes, como la popularísima y legendaria de la ciudad de Betis, famosa ya en tiempos de Cervantes. Primero sería la calle Sierpes, luego calle Sierpe por la tendencia del cartagenero a comerse la s final, y por último, y atendiendo a cierta concordancia, calle de la Sierpe”, escribió el gran historiador Donaldo Bossa Herazo, quien además vivió en ella: en el segundo piso de la casa esquinera donde hoy queda el hotel Capellán de Getsemaní.
De la mano de las hermanas Shaikh, hijas del famoso ‘Culi’ y de Catalina Suárez, la familia con más permanencia en la calle, reconstruimos predio a predio quienes los habitaron y tuvieron negocios allí. Fue tanta la información que dividimos en dos las entregas sobre esta calle. Un agradecimiento a ellas por compartirnos la memoria y su alegría.
Fotografías: Jorsie Artahona / José Caballero
Este predio engloba ahora lo que antes fueron negocios y casas separados.
Esquina: en el segundo piso vivió el gran historiador cartagenero Donaldo Bossa Herazo. Luego las Residencias Helena y las Residencias Media Luna.
Abajo, en el primer piso quedó la compraventa La Popa, de Ramiro Hincapie.
En la siguiente casa estuvo el restaurante El Nogal, de Alfonso Martín. Antes estuvo Maderas San José, que le regalaba yoyos a los niños del barrio. Restaurante La Sierpe.
En la siguiente funcionaron el restaurante Olímpico; el bar Habana, que era más bien un nigth club, con estriptís incluido.
También en estos locales funcionaron el restaurante La Espiga Dorada y un bar restaurante del ex beisbolista ‘Varita’ Erazo, quien fuera campeón mundial en 1947 y hacía unos cocteles espectaculares.
Vivió doña Clarina, los Socorro Coronado y luego la familia de Marta Hernández. También vivió de joven Piedad Román, luego esposa del ex alcalde Manuel Domingo Rojas. Estuvo también la remontadora de calzado de Luis Peña. Ahora, Julia Olmos.
Vivió Ana Restrepo; luego Alcira Patrón, cuyo hijo Luis Eduardo fue gran basquetbolista; luego los Uribe pusieron una heladería; después vivieron los Froilán González; también Guillermina Mesa, hasta que la adquirió el ex alcalde Carlos Díaz, quien vive allí con su familia.
Casa de la familia Abdul Salam Shaikh, el famoso ‘Culi’, de origen indio y Catalina Suárez, getsemanicense raizal. Fueron el primer matrimonio de religión mixta aprobado por la iglesia en Cartagena. De ellos nacieron Yamila, Abdul, Aura, Laureano, Hazina, Alina, Amina, Fátima y Rijiam Shaikh. Antes vivieron en alquiler la señora Celina y después Aníbal ‘El Flaco’ Pérez, quien fuera bibliotecario en la Bartolomé Calvo y tuvo una tienda en lo que ahora es la sala; también Belisario Díaz, el fundador del teatro Variedades y del Rialto, y quienle vendió la casa a ‘Culi’.
Siete accesorias del Pasaje Franco o Ciudad Perdida. Compartían baño y patio por la parte trasera.
Para saber sobre estas casas accesorias, visita el artículo dedicado al Pasaje Franco.
La familia Bossio López, con La Fito, que tenía dos hijas. Emilce y Adalgiza.
Pizzeria Getsemaní: 315 706 34 12
Aquí vivieron, en tiempos distintos: Hugo Sierra; la señora Carmen Mendivil, que tenía una escuela de banquitos; y también, por unos pocos años, los Zapata Olivella.