Su nombre completo es calle de Nuestra Señora de las Palmas Benditas porque, según se dice, sus primeros residentes eran muy devotos de esa advocación de la Virgen María. Por la misma razón es una calle muy activa en la Semana Santa.
Tuvo una vida de barrio muy activa, de la que aún hay eco: En la esquina con la calle de Las Chancletas se suele ver cómo las familias salen al atardecer a charlar y compartir juegos de mesa, mientras los niños corretean por la calle. Ahí vivieron los Canabal, los Ferrer, los Alvear, los Ríos, los Valdelamar, los Julio, cuyos miembros hacen parte de la memoria más persistente del barrio. La familia Pájaro tenía tantos miembros que les decían ‘La Pajarera’.
De ella decía Donaldo Bossa Herazo, que “da la impresión de ser de las más antiguas del barrio. Ojalá la piqueta del progreso no la destruya” (Nomenclátor Cartagenero). Se cuenta que antes muchos de los habitantes de Las Palmas eran pescadores que salían al puente Román. Cuando regresaban de su faena repartían la pesca entre todos los vecinos.
Era una calle muy alegre, de muchos juegos y deportes: bolita de caucho, uñita y bate de tapita. Los muchachos de la calle de las Chancletas y de la calle Lomba hacían sus equipos ahí. Muchos todavía recuerdan las tardes y noches jugando en Las Palmas.
Mención obligada es que en 1946 nació -donde hoy funciona el hotel Casa de las Palmas- el dos veces campeón mundial de peso medio Rodrigo Valdez. En los años setenta protagonizó combates épicos contra Carlos Monzón y Bennie Briscoe. Figuras como Antonio Cervantes ‘Kid Pambelé’ y Valdez pusieron a Colombia en el mapa del boxeo orbital, que entonces era un deporte rey, y nos enseñaron que también podíamos ser campeones mundiales de primera línea.
En esa calle también vivió la familia Canabal y un señor de apellido Pérez que tenía un taller de fundición de motores fuera de borda. Fue un taller muy importante, porque era uno de los pocos que había en la ciudad. De hecho, las hélices de las lanchas que viajaban a Panamá eran fundidas en este lugar. También creó una emisora que utilizaban los jóvenes de la calle.
Por muchos años ha funcionado una tienda. Cuentan que la primera dueña fue doña Ana Carmela Torres.
Hoy, tienda Las Tablitas.
Vivió la señora Flora de Barrios, quien tuvo colmenas en el Mercado Público. Su esposo fue picador de hueso de la carnicería del Mercado.
Vivió la familia Jácome procedente de Ocaña, Norte de Santander. Vendieron verduras y hortalizas en el Mercado Público.
Vivió la familia Gaviria Gaviria. Nació el licenciado Jorge Gaviria. Su padre fue comerciante de cocos en el Mercado Público.
Vivió la familia Ferrer. Don Florencio Ferrer murió a los 107 años, artesano de profesión.
Tiempo después el hotel Almería Real compró varias casas de la zona, entre esos las casas de las familias Ferrer y Valdelamar.
GHL Hotel Armería Real.
24/7
Teléfono: 651 74 70.
Era una casa multifamiliar con patio interno.
Vivieron varias familias, entre ellas la del campeón mundial de boxeo Rodrigo Valdez.
Hotel Casa de las Palmas
24/7
Teléfono: 6641765.