Junto con el Callejón Angosto se cuentan entre las cuadras con mayor vida de barrio en Getsemaní. Ambas tenían vasos comunicantes como un pasaje que tenía entradas por ambos callejones o un corredor por el que se iba del uno al otro, como si fueran cara y sello de la misma moneda.
“Estos dos callejones que comunican a la calle del Pozo con la calle de Lomba, tienen un gran valor documental como testimonio de la influencia musulmana en la arquitectura popular del sur de la península ibérica, Andalucía y Extremadura en España, y el Algarve y Alentejos en Portugal, y que emigrantes de aquellas provincias trajeron a nuestras playas. Eso solo debería bastar para preservar los dos populares callejones de Jimaní, y no irlos a tirar con cualquier pretexto urbanístico futuro”, escribió de ella Donaldo Bossa Herazo en su infaltable Nomenclátor Cartagenero.
Allí vivieron los Acevedo, que tuvieron su taller de fundición y herrería en uno de sus patios. Aún hoy viven por allí Lina ‘la Niña’ Acevedo o Judith Suárez, quien regresó a vivir aquí con su hija y puede señalar dónde vivió antes una abuela o una tía.
En la esquina creció Plutarco ‘Pluto’ Meléndez. “Salíamos de la calle Lomba, dónde nací, a dar la vuelta a la manzana con un grupo de amigos entre los que recuerdo a los hermanos Alberto y Jorge Leyva, Rafael ‘El Mello’ Ortiz, Rusbel Villarreal, Agustín Julio y Eduardo ‘Acho’ Heredia, entre otros. Del Callejón Ancho recuerdo con mucho agrado los barriletes en la ventana de mi amigo Wilfran Jiménez, que en tiempos de brisas adornaban los cielos del Pedregal. También recuerdo a Clara Vargas, la primera y gran folclorista de Getsemaní, enseñándonos las danzas del Caribe Colombiano y a la señora Dominga, más conocida como Minga, creadora de una fuerte formula para preparar ‘alicer’ para el pelo. En este callejón la familia Julio era propietaria de muchas de sus casas”, recuerda Pluto.
Por supuesto, es la calle donde más se ve la mesa puesta para jugar dominó, cartas o ludo. Y es un callejón festivo por excelencia. Para armar el rato de música y baile no hace falta mayor excusa. Es, además, la cuadra de Los Carpinteros, el bar al que más asiste la gente del barrio, propiedad de Davinson Gaviria, actual presidente de la Junta de Acción Comunal.
Sobre el portón más grande:
Aquí viven Agustín Julio y su hijo René.
En las puertas de más al fondo:
Aquí vivieron Irmina Polo; Lina Pombo y sus seis hijos; y Doña Modesta, que volteaba tabaco y lo vendía en el mercado. En el patio estaba la fundición de Eliseo Acevedo.
Aquí vivió Ana Modesta y se jugaba lotería. Con la casa verde de al lado formaban un pasaje.
Posada La Fe.
(5) 660 13 44
Hernán Díaz tenía aquí su zapatería. También vivió Tomasa Heredia, una de las mejores cocineras del barrio.
Antes vivió Natividad. Ahora su propietaria es Claudia Villa.
Restaurante Rey Moro
Comida Árabe Libanés.
Está haciendo domicilios
322 585 30 49
300 243 00 35
Aquí vivió Aurora de Suárez. También Dominga Fernández, quien alisaba pelo y vendía aliser con una fórmula secreta que mantiene su hija Shirley.
Julio Gaviria le compró esta casa a la familia Julio hace 25 años.
Bar Los Carpinteros
Está atendiendo domicilios de licores y servicios de mensajería urbana.
311 898 88 65
Aquí vivieron Gary y su familia. Él era portero en el teatro Padilla, famoso por no dejar pasar ni las moscas.