Antes, para cortarse el cabello en Getsemaní no era necesario llegar a una barbería con grandes espejos y máquinas sofisticadas. Solo se requería acordar con el peluquero la hora y punto de encuentro: debajo de un árbol, en la sala o terraza de la casa, e incluso en el mismo atrio de la iglesia de la Santísima Trinidad.
Cuentan que en el pasaje Leclerc, existió entre los años 50 y 60 una peluquería muy famosa de los esposos Garcés. “El ‘Paye’ Garcés peluqueaba en el pasaje Leclerc y la señora Empera lo hacía en la calle Larga. Cada uno tenía su propia clientela”, dice Iván Ríos, vecino de la calle de Guerrero.
“En esa época incursionó en el barrio la moda soye; era algo así como ser hippie. Usábamos pantalones ajustados con bota campana, camisas holgadas y, por supuesto, el peinado era importante, la tendencia era afro y con mucha pegatina”, cuenta Iván.
“Por supuesto, hubo otros peluqueros reconocidos como Juan Redondo y Rafael García que ejercían en una peluquería en el Centro Histórico y en el atrio de la plaza de la Trinidad. De la vieja guardia aún queda el ‘Paye Bustamante’. Ahora hay una generación de nuevos barberos, entre ellos Wilmer Sierra, getsemanicense y que es uno de los que está de moda en la ciudad”, cuenta Iván.
Un barbero de los de antes
En el mueble donde Miguel Bustamante guarda sus utensilios de barbería todavía se encuentra la piedra de alumbre, el menticol rojo y en un baúl una antigua máquina manual de cortar cabello con la que por años le hizo cortes a más de un getsemanicense.
‘El Paye’, como lo conocen popularmente, es el último de una estirpe. Su lugar de trabajo es el andén y la sala de su casa, donde tiene el sillón para los clientes. Lo que no hay es un espejo grande. Si le pides algo para ver cómo va el proceso puede buscar uno pequeño que tiene por ahí. Del resto, hay que confiar en su experiencia.
Es moreno y de contextura gruesa. Casi siempre se le ve con sus lentes puestos. “¿Qué corte te vas hacer?” es lo primero que pregunta. Luego sacude la capa y te la coloca. Toma su máquina y comienza su labor. La experiencia es como si tu tío te estuviera cortando el cabello en la sala de la casa. Al fondo se escucha el televisor y el saludo de uno que otro vecino que pasa.
“Empecé motilando por ahí en los años 70. Entonces lo hacía con máquina mecánica o tijera. En ese tiempo éramos pocos los que nos dedicábamos a este oficio. De los cortes de cabello recuerdo mucho al 'Cachaco' y el popular 'Raya el coco'. Exactamente no se me viene a la cabeza cuánto costaba un corte, creo que eran unos 100 pesos. Ahora lo estoy cobrando entre siete y ocho mil pesos, pero hay extranjeros que son más generosos”.
Mientras ve un torneo de boxeo en la televisión cuenta que: “aprendí a motilar porque le cortaba el cabello a mis sobrinos y a varios vecinos en el barrio, entre ellos Martín que es un señor que ahora ya no ve. Mi puesto de trabajo siempre ha sido acá en la casa”.
“Recuerdo mucho cuando pasé de la máquina mecánica a la máquina eléctrica. Todo fue de repente; las mecánicas dejaron de conseguirse y aparecieron las eléctricas. Incluso, hubo un tiempo en que hasta las cuchillas barberas no aparecían por ningún lado y ahí fue cuando empezaron a salir las cuchillas de hojas”, explica.
Los días de más trabajo eran los domingos. “Yo prendía un equipo de sonido y la gente llegaba y esperaba su turno, me tocaba sacar el sillón afuera, en el andén. Cogía al uno, soltaba al otro y así me la pasaba”, recuerda.
“Mucho tiempo después fui ‘escobita’, cuando existía la empresa Ciudad Limpia. Gracias a eso tengo mi pensión. En esa época mi turno empezaba en la tarde y toda la mañana me dedicaba a motilar. Cuando llegaba la hora de irme aún quedaba la gente esperando, pero yo tenía que salir a trabajar. Nunca me faltó mi clientela”, recuerda.
“Actualmente hay mucho peluquero de afuera. No es como antes, que este oficio lo realizaban getsemanisense netos. De todas formas sigo teniendo mi clientela fija del barrio y clientes que vienen de otros sectores como Crespo, Escallón Villa, Olaya o San Diego”. Aún así nota que el negocio ha menguado.
Las barberías actuales
Junto con barberos de corte más tradicional como las del Paye, Wilmer Sierra o Giovanny Ramos han surgido en Getsemaní nuevas barberías, casi todas del estilo retro que se están abriendo en todo el país.
Barber Shop - Plaza de la Trinidad.Corte de cabello: de $15.000 en adelante.
Teléfono: 321 599 55 16.
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Urban Style Getsemaní - Callejón Ancho
Teléfono:317 712 46 03
Corte de cabello: de $10.000 en adelante.
---Corte de cabello: $15.000 en adelante.
Teléfono: 314 524 32 39.
---Corte de cabello: $15.000.
Teléfono: 3017558315.
---Corte de cabello: $10.000 en adelante.
---Corte de cabello: $20.000.
Teléfono: 318 576 59 05.
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Figaro Barber Shop - Calle Larga frente el Centro Comercial Getsemaní.
Corte de cabello: $25.000.
Teléfono: 678 95 57.
---Paquete básico (incluye corte de cabello): $60.000.
Teléfono: 300 871 15 44.
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Corte de cabello: de $20.000 a $30.000.
Teléfono: 311 830 28 74.