¡Qué ilusión nos hace volver al formato impreso después de los tiempos de pandemia que obligaron a interrumpirlo! Nos ha ido muy bien en el formato digital, que se ha fortalecido y seguirá vigente. Pero poco se iguala a la sensación del papel físico y a la capacidad de coleccionarla, como hacen tantos hogares del barrio.
Y este regreso ocurre en un momento de cambios que vale la pena compartir con nuestros lectores: los de siempre y los que llegarán a partir de hoy.
Comencemos por lo básico: El Getsemanicense nació hace más de tres años como parte de un esfuerzo de relaciones sinceras, de iguales y de conocimiento humano y personal con el barrio. Desde el Proyecto San Francisco nos parecía que esa era la única estrategia posible: participar de las preocupaciones de los líderes y vecinos, ayudar mucho más con nuestra capacidad profesional e institucional que con un enfoque de pequeñas donaciones filantrópicas, como con frecuencia suele ocurrir.
El Getsemanicense nació, entonces, para abrir un espacio a los relatos del barrio: los de sus vecinos actuales, las generaciones más próximas y la enorme diáspora nativa de estas calles. Getsemaní ha encontrado aquí un espacio donde preservar su legado y sus relatos desde las voces mismas de sus hijas e hijos, así como su larga y compleja historia, que se aproxima a los cinco siglos.
También nos ha permitido contar los avances en los inmuebles patrimoniales bajo nuestro cargo, que incluyen el hotel Four Seasons, las Residencias Rialto, el Teatro San Francisco y el Museo San Francisco. Esperamos abrir una primera etapa del proyecto a principios de 2023 y seguiremos contando los avances en estas páginas hasta completar al ambicioso programa de trabajo.
Lo nuevo
Si va a persistir este esfuerzo y este enfoque, entonces ¿qué cambiará en esta nueva etapa? Tenemos buenas noticias.
Las tres revistas seguirán realizándose con el mismo equipo profesional e institucional: la producción de la Agencia Guido Ulloa, el apoyo fotográfico de colectivos de comunicación en Ciudad del Bicentenario (Kalamary) y de la región insular, como Cocosabara y otros más. Todo bajo la dirección de José Luis Novoa, cuya amplia experiencia periodística ha permitido moldear El Getsemanicense desde su primera edición.
Hace más de tres años comenzamos este camino. Ha sido muy fructífero, emocionante y ha significado para todos unos inmensos aprendizajes. Hemos llegado a unas audiencias que ni siquiera imaginábamos. Con un enorme amor por el barrio y el compromiso personal e institucional de seguir aportando lo que esté a nuestro alcance para preservar su vida comunitaria, sus tradiciones y su legado.
Javier Pimienta
Líder del Proyecto San Francisco