Los Lanceros

CULTURA VIVA

En el marco festivo del Cabildo y las fiestas de Independencia también están los lanceros. ¿Qué papel jugaron en todo esto y qué papel desempeñan hoy? Una figura muy getsemanicense que se convierte en el ícono de nuestra festividad principal.

Los lanceros de Getsemaní surgen a la historia el 11 de Noviembre de 1811 cuando, capitaneados por Pedro Romero, inclinan la balanza para que se firme el acta de Independencia de Cartagena. Esa milicia de lanceros estaba compuesta principalmente por artesanos de los talleres del Arsenal, en la calle del mismo nombre. Allá estaban concentradas las labores de herrería y oficios similares, lo que facilitó que allí se fundieran las lanzas y armas que empuñaron para exigir la libertad. La manera de organizar el trabajo era por “maestranzas”, que luego se llamaron “cuadrillas”. Todo un orden que facilitó la organización al convertirse en milicias.

El mulato Pedro Romero era el principal contratista de la ciudad en los temas de fundición y herrería. Tenía bajo su cargo a diversos trabajadores y un pequeño número de esclavos. Su taller debió haber sido el más grande de la época.  Había sido sagaz para los negocios y era muy respetado por los vecinos, así que su liderazgo en aquellas fechas resultó relativamente natural. Junto con él, su ahijado y sus tres hijos, otros vecinos del barrio como Pedro Medrano, Nicolás Delfín y Martín Villa, organizaron la milicia. El abanderado era el niño Pablo Olier.

La invasión de Napoleón a España, en 1808, debilitó un sistema colonial que ya empezaba a hacer agua. En vez del rey de siempre había un emperador de origen francés, hermano de Napoleón. ¿Cómo hacerle caso? Desde antes, además, había una rivalidad con Santafé de Bogotá en la que Cartagena llevaba la peor parte y los recursos escaseaban cada vez más. En 1810 hubo un levantamiento popular en febrero; luego, un enfrentamiento armado con Mompox, que había organizado su propia junta de Gobierno; en junio, otra sublevación había expulsado al gobernador nombrado por España.

Aquel noviembre de 1811 todo estaba crispado, la ciudad se debatía entre mantener un precario orden pactado entre unos y otros, o declarar la independencia de España y la autonomía como provincia. Los lanceros de Getsemaní, el barrio más grande de la ciudad, junto con milicias de los barrios de La Catedral y Santo Toribio, plantados en el actual Palacio de la Proclamación presionaron y decantaron la balanza: Cartagena sería libre.


Reviven los lanceros

Desde 2006 hubo un trabajo para recuperar la figura de los lanceros. El actor principal fue sido el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC). La idea surgió al ver la necesidad de tener un símbolo muy propio de las Fiestas de Independencia, a la manera como la Reina o el Rey Momo en el Carnaval de Barranquilla.

Aquel 2006, Irma Jiménez Alvear y el Michi Sarmiento fueron elegidos como los primeros Lanceros. Ese año se hizo por decreto, pero desde el siguiente se eligen de otra forma. Cada sector cultural -como música o danza, por ejemplo- propone a un hombre y una mujer. Tienen que ser personas vinculadas la cultura y a la tradición, que lleven años de compromiso y trabajo por las fiestas, entre lo principal. Luego, los mismos sectores votan y eligen. 

Una vez elegidos cargarán sobre sus hombros la responsabilidad de ser la cara visible de las fiestas. Y cada quien a partir de ese honor, que no conlleva pagos, se imagina cómo difundir las fiestas y sus valores en el año que le corresponde. Por ejemplo, Maritza Zuñiga, lancera de 2017, realizó más de cincuenta talleres de maquillaje y de cómo convertirse en un actor festivo.

Los lanceros elegidos este año fueron Harold Herrera y Regina Guzmán. Harold es conocido como el “Rey de los Zancos” y pionero de la Fundación Cultural Llamarada. Regina es profesora e investigadora, con más de 25 años de trayectoria, y la actual directora de la Asociación de Danzas de Cartagena.