Los retos ambientales de Getsemaní

EN MI BARRIO

Basuras, residuos y reciclaje; cada vez más ruido; el manejo del agua y los temas de la laguna de San Lázaro y la bahía de las Ánimas; el turismo desbordado, la flora y fauna propias… El tema medioambiental en nuestro barrio tiene muchas aristas y frentes de acción. ¿Por dónde comenzar a solucionar?


Conversamos con Liliana Urrego, Yahara González, Davinson Gaviria y Florencio Ferrer, todos vecinos del barrio y quienes desde hace varios meses están trabajando el componente ambiental para el Plan de Salvaguardia -PES- de la Vida de Barrio de Getsemaní (ver recuadro). 

Ellos tienen muy claro que la problemática ambiental del barrio es amplia, compleja y con múltiples responsables. También que no es un tema de corto plazo, que se viene trabajando desde hace varios años y que un proceso como el del PES no tiene por qué resolverlo todo, pero sí que representa una oportunidad para aportar en la solución.

Así que de cara al PES había qué el foco de acción: ¿qué tema o temas del contexto medioambiental tenían mayor incidencia en la Vida de Barrio? ¿En cuál tema se podría intentar un cambio positivo que involucrara a la mayor cantidad de vecinos?

“Definitivamente esta va a ser una oportunidad y la propuesta es que tomemos el PES para avanzar aún más en el tema del reciclaje y crear un modelo llamado ‘Getsemaní basura cero’, que una vez optimizado podamos empezar a replicar en el resto de la ciudad”, explica la odontóloga y activista ambiental Liliana Urrego, que lleva años promoviendo estos asuntos


Se creció el enano

El problema se puede resumir así: Getsemaní produce mucha más basura de la que a primera vista parece. Está la de los habitantes del barrio, que es un flujo normal dentro de los estándares de la ciudad. Pero a eso se suman los residuos de los hoteles, los restaurantes y el comercio, que son un flujo creciente. Y si a eso sumamos las ventas ambulantes, los desperdicios que dejan los turistas callejeros y la propia vecindad, la situación se pone complicada. 

Todo esto es en primera instancia tiene que ver con el perfil turístico que ha tomado el barrio en los últimos años y que se expresa no solo en las basuras sino también en el agua (por ejemplo, el lavado de ropas, implementos de restaurantes, aseo de instalaciones, flujo para las piscinas, etc.), en la energía eléctrica o en la contaminación sonora. 

Y esa intensa actividad se registra en un barrio principalmente residencial, al que le instalaron o mejoraron los servicios públicos en las últimas décadas pensando en una población fija de vecinos, pero no en la inmensa población flotante que tenemos hoy.


La basura de cada cual

En teoría ¿cómo está organizado el sistema de recolección de basuras? El camión pasa varias veces todos los días, pero no es suficiente. 

“Hay que ser realistas: el tema de prestación de servicio ha mejorado en el sentido de que Getsemaní es uno de los barrios donde más se hacen barridos y se ejecuta el tema de recolección. Pero hemos tenido unos inconvenientes por la ubicación de los ‘containers’ para manejo de residuos sólidos que no se ha tenido la estrategia de ponerlos en unos puntos de fácil acceso y que perturben menos a la comunidad”, explica Florencio Ferrer, líder social de toda la vida y vecino del Pedregal. 

Si se ciñen estrictamente a la norma los restaurantes y hoteles deberían tener su propio esquema interno de manejo de residuos, incluyendo la correcta separación, para que el camión pase a recoger sus contenedores a unas horas precisas para ellos, como explica Florencio. Pero no sucede así. En muchos casos la basura de esos dos sectores productivos terminan llenando en un santiamén los contenedores que son para la comunidad y el pequeño comercio vecinal.


Tanques y encuestas

Pero aún si la recolección funcionara muy bien, aún no sería suficiente: también hay que reciclar.

Pensemos, por ejemplo, en la cantidad de residuos orgánicos que deja un restaurante. Muchos de ellos están terminando en los mismos depósitos de la comunidad. Sin ese constante trasegar de los camiones de basura, en un par de días todo sería un desastre ambiental mayúsculo. Pero es que incluso con la actual recolección a veces ni alcanzan.

En ese campo hay señales de esperanza. “El restaurante Di Silvio ya está en la mira de ser ‘Getsemaní basura cero’, pues todo el material orgánico se recicla ahí mismo. Tienen la ventaja de que pueden gestionar los residuos en unos tanques de compostaje en un lote trasero, pero es un buen ejemplo para otros”, dice Liliana.

“Y para el reciclaje de otros sectores empezamos haciendo alianzas con el Centro de Convenciones y vamos involucrando a los vecinos, haciendo encuestas puerta a puerta, contándole a la gente qué se está haciendo, qué está pasando; estamos en contacto con las asociaciones de recicladores de oficio que hay en la ciudad y con las tres que entran al barrio estamos trabajando promoviendo el tema”, complementa.


Más que residuos

Como está dicho, el tema medioambiental va mucho más allá del manejo de residuos, que es el foco del proyecto ligado al PES Vida de Barrio. Aún así, vale la pena repasar algunos frentes de trabajo.

CUERPOS DE AGUA. “La bahía de San Lázaro era una despensa para los getsemanicenses. Pero una vez que fueron creciendo el barrio y la ciudad, la bahía se fue sedimentando y achicando, dio como resultado que ya no se puede pescar, bucear, sacar cangrejos, caracoles ni camarón, como antes. Ahora es un cuerpo de agua esteril. Y por la misma contaminación y la sedimentación la Bahía de las Ánimas también ya se perdió” describe Florencio, quien también recuerda cómo la elevación del puente Román tenía como uno de sus objetivos permitir la oxigenación e intercambio de aguas de la bahía de San Lázaro, lo cual evidentemente no ocurrió.

ALCANTARILLADO. “Aunque el problema del agua es de toda Cartagena, por el nivel freático, aquí lo otro es que el alcantarillado no da abasto para la cantidad de construcciones de hoteles y restaurantes por el uso intensivo. Segundo, el barrio tenía un sistema de recolección de alcantarillas exclusivas para agua lluvia, por eso las casas tienen un desagüe específico que sale a la calle. Pero ese sistema ya no funciona y por eso también el agua sube y se inunda. Y encima de todo, hay gente que cuando va a lavar las piscinas manda toda el agua para la calle”, dice Yahara Gonzálezresidente en Getsemaní por más de treinta años y comprometida con distintos procesos del barrio.

FAUNA Y FLORA. “En el Getsemaní de hace treinta y cinco años había mucha más vegetación porque todavía no había llegado el boom de la restauración y cada casa tenía su solar con todos sus árboles frutales. Yo alcancé a la época en que las aves anidaban aquí. Y tanta fruta a la mano, junto a la pesca en la bahía, ayudaban en la seguridad alimentaria del barrio. Pero a medida que comenzaron a restaurarse las casas y que entraron los hoteles se construyó bastante y obviamente desapareció mucha vegetación: cada vez ha habido más cemento y menos verde, lo que influye en el medio ambiente y el microclima del barrio”, dice Yahara. Aquí todos coinciden en que hay dos aspectos que por sí solos merecen su propio espacio: el parque Centenario y la arborización del barrio.

RUIDO. Es el  nuevo frente de batalla: parlantes a todo volúmen y altas horas, terrazas y piscinas de fiesta. “La contaminación auditiva es absurda y tiene que ver también con falta de respeto, cultura ciudadana, conciencia ambiental, convivencia y salud pública”, dice Liliana.


Una estrategia concertada

Esta visión ambiental es el resultado de un trabajo de varios meses en la construcción del Plan Especial de Salvaguardia -PES- documento que concreta los compromisos y responsabilidades de todos los sectores para que la Vida de Barrio de Getsemaní sea protegida como parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia.

Como parte del proceso la organización Compartamos con Colombia contribuyó con una metodología muy completa y probada en otros ámbitos para definir el plan estratégico. De esas discusiones surgieron cuatro estrategias centrales y a partir de ahí se definieron de manera muy precisa los problemas a resolver, cómo y con quiénes se van a lograr esas soluciones y los demás elementos que permiten tener claro el camino para todos.

Estrategia Formación Patrimonial 

Agrupa iniciativas y actores vinculados a procesos de defensa y promoción del patrimonio cultural, tanto material como inmaterial. El foco se traza sobre la comunidad del barrio, especialmente los jóvenes. 

Estrategia Expresiones Culturales 

Abordaje amplio frente a las múltiples y diversas expresiones culturales que tienen lugar en el barrio, enfocándose en la sostenibilidad de los emprendimientos culturales.

Estrategia Turismo Sostenible y Comunitario 

Estrategia que encausa un propósito comunitario para impulsar un turismo experiencial que permite a los visitantes conocer de primera mano la vida de barrio de Getsemaní.

Estrategia Sostenibilidad y Preservación 

La comunidad busca concertar una estrategia de preservación y sostenibilidad medioambiental en el contexto del barrio.

En la línea de Estrategia Sostenibilidad y Preservación  se definieron los siguientes aspectos

Problema a resolver

En Getsemaní, la alta contaminación del espacio público, generada principalmente por grandes productores, comerciantes, hoteleros y restaurantes, afecta la imagen del barrio, la seguridad de los residentes y el bienestar social de la comunidad.

Población objetivo

  • Comerciantes
  • Hoteleros
  • Propietarios de restaurantes
  • Comunidad de residentes del barrio
  • Turistas

Objetivo 

Posicionar el barrio Getsemaní en Cartagena por sus prácticas ambientales sostenibles que contribuyan a la generación de un espacio público libre de contaminación.

Oferta de valor

Diseño e implementación de prácticas ambientales sostenibles que permitan mitigar y reducir el impacto ambiental negativo de los diferentes actores del barrio


En las siguientes tres ediciones de El Getsemanicense abordaremos las otras tres líneas de este plan estratégico, conversando con sus responsables y divulgando sus principales aspectos, como en este caso.