No recuerda cuándo comenzó con la música, pero sí que lo ha acompañado toda la vida. Dice que no hay mucho más que contar pero en realidad sí: hay trabajo, letras, ideas y una visión de mundo que empezó y se mantiene en el barrio.

Creció como un muchacho típico de Getsemaní, con amigos que aún lo son y con los que se pueden decir cualquier cosa, por la confianza de tantos años juntos. Estudió en diversos colegios, privados y públicos, lo que le permitió conocer muchas otras maneras de ser y de vivir. Estudió inglés en el Colombo Americano al mismo tiempo que cursaba materias de diseño gráfico e industrial en Bellas Artes. Y ahí se le desvió el camino que lo ha traído a donde está ahora

“Estando allá me dije: -Tengo que conocer alguien en esta universidad que sepa de música, aquí hay mucho músico bueno-. Allá hice click con músicos y productores que pudieron ver algo interesante en mí que yo no, porque entonces hacía música por diversión y para pasar el tiempo. Ellos me dieron la oportunidad de explorar mis sonidos y mis voces”. 

Hace cinco años decidió que la música iba a ser su camino de vida. Ahora casi no le queda tiempo libre porque cada día tiene varias tareas por delante. “A mi estudio le dedico casi toda mi vida. Siempre tengo algo que hacer: mezclar, producir, grabar, hacer ingeniería de sonido, que si alguien necesita unas voces: soy como una herramienta para mucha gente”, dice.

Cuando dice que no hay más que decir más allá de su música es quizás porque en sus letras está su vida entera: “Yo siempre he sido malo comunicándome con las personas. Si tenía un problema con mi papá no lo hablábamos sino que dejábamos que se arreglara con el tiempo. Si algo me pasaba yo no sabía cómo hablarlo con él o preguntarle cómo podíamos arreglarlo. Pero con la música es más fácil.  Así yo podía decir algo y ellos lo iban a escuchar. Pero para hacer mi música tenía que hablar de mi vida como tal. Así me pasa con mis amigos, con la gente que me apoya, como que se la pasan buscando respuestas en mi música”, dice.

Tiene una conexión profunda, pero a la vez crítica con Getsemaní, como lo expresa en sus letras “Soy una persona de adentro del barrio, que todo lo hace aquí y mientras más se acercan las cosas es más difícil que uno salga de aquí, cuando todo lo tiene a la mano: desde un puesto de comidas hasta un lugar donde presentarse”. Acá fue donde Nayib Gaviria le hizo las primeras fotos, donde Francys Caballero le consiguió las primeras entrevistas con la prensa, donde viendo a Faruk Kosma en tarima pensó que él también podía hacerlo.

Su género es el urbano, pero no le gusta encasillarse. Ha hecho colaboraciones con artistas de muchos géneros, incluyendo música tropical y folklórica. Tiene además una iniciativa que se llama La misma gente, en la que busca hacer algo más complejo: “Estamos intentando que todo lo artístico entre en una caja y que esa caja nos represente”. 

Contacto: elcholooficial@gmail.com
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Tema Getsemaní (para escuchar): https://bit.ly/3nECS9E
Hoodie o buzo en la fotografía: La misma gente, Moisés Guerrero