Foto: El Getsemanicense

RUTA EL LEGADO DE EL GETSEMANICENSE

SOY GETSEMANÍ

El getsemanicense, ese habitante cartagenero conocedor de sus calles y las historias que guardan, ese personaje orgulloso de vivir en este rincón de la Cartagena vieja que puede hablar de la colonia, así como de la independencia de la ciudad y que ha sobrevivido a estas épocas conservando muchas de sus costumbres barriales; el getsemanicense ha construido un gran legado, uno de tradición oral y escrita que podrá estar a la mano ya no sólo de los que viven el barrio, sino de todos lo que lo visiten y tengan a la mano un celular.


Y es que precisamente gracias a esa determinación de la comunidad junto con la pasión por emprender nuevas y retadoras iniciativas por parte de San Francisco Investments, la Fundación Santo Domingo y la Agencia Guido Ulloa, en próximos días se lanzará un proyecto transgresor para preservar la memoria viva del barrio de historias infinitas.


¡ASÍ SE CONSTRUYE UN LEGADO EN PLENO 2024!

Hoy, que cuando de leer se trata, no sólo se habla de páginas físicas, con alcance y términos de conservación limitados, sino también de micrositios accesibles a todos los que tengan un teléfono celular y conexión a internet. Por eso queremos aprovechar la oportunidad de avanzar haciendo realidad una plataforma dinámica e interactiva donde la tecnología se presta para mostrar una historia viva y que agrega nuevos capítulos diarios, que es lo que representa este icónico barrio Getsemaní, un escenario móvil que no se cansa de relatar sucesos cada día.


Después de 44 números publicados, miles de entrevistas, insistentes conversaciones, hermosas sesiones fotográficas que requirieron paciencia, empatía, amor y mucho trabajo, llegó el momento de pensar en qué hacer con todo ese tesoro arduamente recopilado, en cómo regalarle a cartageneros de otros barrios y ciudades del mundo (muchos de ellos pertenecientes a la diáspora getsemanicense) la posibilidad, a muchos de recordar, a otros de conocer, las dinámicas que caracterizan y aún se resisten a morir en Getsemaní.


La respuesta se encontró en las facilidades que brindan las nuevas tecnologías a través de los códigos QR que permiten hacer del proyecto “un casillero o un gavetero con 26 gavetas infinitas, al que tú puedes acceder si tienes una llave universal”.


“Pensamos en la cantidad de turistas que recorren las calles de Getsemaní y en que teníamos que hacer algo tangible para que no solamente la gente del barrio pudiera leer y tener acceso permanente a sus contenidos, sino que también lo tuvieran todas las personas que visiten sus calles. Así surgió la idea de hacer las placas con códigos RUTA EL LEGADO DE EL GETSEMANICENSE QR, para que todo el que quisiera escanearlos pudiera llegar a las páginas en las que hallará y se deleitará con las historias que allí están plasmadas”, explica Verónica Trujillo, Gerente de Proyectos Cartagena de la Fundación Santo Domingo.


GETSEMANÍ EN CÓDIGOS

Los códigos, que estarán colocados sobre paredes en placas con baldosas desarrolladas con un diseño representativo, cocreado con la comunidad, serán ese acceso al legado que han construido los getsemanicenses a través de las memorias que se han tomado el tiempo para evocar y conmover, intrigar y hasta sorprender a quienes las leen.


Habrá, por el momento, 26 placas, una por cada calle de Getsemaní, ubicadas en sitios específicos a la altura del hombro de las personas para que puedan tener un acceso fácil a ellos. La comunidad espera con ansias la instalación de estas placas que conforman la ruta y que se espera estén listas en los primeros meses del año 2024.


“Se trata de una iniciativa innovadora para Cartagena. Incluso se puede decir que en la región Caribe somos los pioneros en hacerlo”, comenta Rafael Tono, gerente del proyecto San Francisco.

Los beneficios de este proyecto no sólo son para Getsemaní. Cuando se inicie y se vean los resultados es muy probable que en otras zonas del Centro Histórico de la ciudad e incluso en municipios de Bolívar pueda replicarse.

Es cuestión de detalles y de ajustar estas placas a los requerimientos dados por el Comité Técnico del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena para pasar del proyecto a la realidad y ver cómo este gran emprendimiento influye, no sólo en la preservación de la historia de Getsemaní, sino posiblemente en el impulso de un turismo comunitario que beneficiará a las familias getsemanicenses.

Se ultiman detalles, se revisan los textos ya publicados para que nada falte ni falle. Historias maravillosas, de personas de a pie que aún encuentran un gran plan en sentarse en la puerta de su casa a compartir el café con los vecinos, que cuidan y se preocupan por su comunidad, que parece que no les hace falta graduarse como guías turísticos por hacer parte de un barrio que por donde se mire “tiene cuento”.


Y no solamente habrá historias contadas con letras. “Queremos sacar adelante podcasts para que la gente narre las historias con sus propias voces. Además, nos dimos cuenta que en medio de todo el proceso de producción de la revista ‘El Getsemanicense’, estábamos recogiendo, además de todas las historias y memorias del barrio, las imágenes que hoy hacen que nuestro banco tenga más de 100.000 imágenes de Getsemaní, es decir, tenemos la fototeca más importante del Getsemaní contemporáneo”, asegura con orgullo y satisfacción Guido Ulloa.


UN SÍ ROTUNDO

El barrio lo sabe. Reconocer los rostros propios y de sus vecinos en las páginas físicas o digitales, poder corroborar o comparar las versiones de las historias publicadas y saber que, el hecho de que se escriban estas memorias ayuda a hacer resistencia para que el tiempo, las tecnologías, las nuevas dinámicas del mercado, del turismo y gentrificación, no dejen al barrio en el olvido.


Puede que ese sea uno de los motivos por los que los vecinos de Getsemaní, representados en sus líderes, le dieron el año pasado un rotundo sí a este proyecto y buscan ser los elegidos para poner con orgullo en las paredes de sus casas estos códigos QR.


A este entusiasmo y participación activa no se le podía dar un no. Se optó entonces por complacerlos y por poner algunos códigos QR en casas de líderes barriales y personas representativas que han nutrido con sus historias los contenidos que la gente consumirá.


ALGUNOS RETOS A SUPERAR

La rapidez será un factor clave para que las personas puedan acceder a los contenidos sin contratiempos. Que el micrositio cargue la información de forma óptima, sin representar esperas largas para las personas interesadas, es el objetivo que se persigue.


Diversificar los idiomas en que se presentan estas historias, más que un reto se convierte en una tarea pendiente. Por el momento los contenidos estarán disponibles en español y en inglés.


Se va paso a paso. Tanto le gustó al getsemanicense verse representado y tener un espacio dedicado a él y a su barrio, que este proyecto seguirá creciendo gracias a todos los recursos transmedia con los que se pueden contar.