La respuesta de los vecinos en las calles leyendo El Getsemanicense de la primera a la última página ha sido el mejor regalo tras los meses de preparación, diseño y reportería. “Getsemaní está de fiesta”, nos dijo una señora mayor, feliz, en la calle del Guerrero. Otro nos dijo: “esto lo necesitábamos, pero no lo sabíamos”.
Uno más, muy entusiasta, por correo electrónico: “Como cartagenero, residente en mi ciudad natal, me parece bacano que estos productos testimoniales sean frecuentes y cercanos a nuestra gente, y a quienes visitan la ciudad. Destaco, sobre todo, la línea gráfica usada, ¡Les quedó del putas!”.
Quizás la mejor anécdota sea la de nuestros repartidores, colorados tras el primer día de esfuerzo para hacer llegar los primeros ejemplares casa por casa.
—¿Están cansados?
—Sí. ¡Cansados pero felices! Si hasta tenemos amigos que quieren venir a repartir El Getsemanicense con nosotros.
—Oye, pero eso no lo tenemos presupuestado.
—¡Es que ni siquiera quieren cobrar!
La primera entrega la hicimos y la haremos siempre a los vecinos raizales, a los que viven en el barrio. Un par de jornadas después a los comercios, hoteles y restaurantes. La tercera, entregas puntuales en plazas y sitios públicos, incluyendo algunos del Centro, para que los turistas se animen a conocer más a fondo nuestro barrio. Espaciadas durante el mes, para permanecer en las manos de la gente hasta la llegada del siguiente número.
Sí algún lector quiere que se lo hagamos llegar a su nombre, todos los meses; o si en un comercio u hotel quieren mantener una provisión regular, solo tienen que escribirnos a nuestro correo.
Esperamos que este segundo número refleje la visión que tenemos de contar y mostrar el barrio, con sus texturas, sus personajes, sus sabores y oficios. Esa es la promesa: un medio de calidad que refleje la espectacular vida propia de Getsemaní, para mantenerla viva y orgullosa.
Y ahora en digital
Con el lanzamiento de la segunda edición en las calles también abriremos nuestro canal digital. www.getsemanicense.com
Hemos trabajado para que tenga su propio sello. Mantiene la estética y los contenidos de la versión impresa, pero tendrá su propia vida. Incluso, con el paso del tiempo esperamos que la versión digital tenga secciones propias, además de las mismas del impreso. Lo diseñamos para que sea fácil de leer en los celulares, con una navegación muy fluida. Y quien lo quiera leer y ver en su portátil o escritorio de mesa también lo encontrará funcional y muy rico visualmente.
Allí, en una sección específica se encontrarán los archivos PDF de cada una de las versiones impresas. ¡Para los más memoriosos!