Esta foto fue tomada en 1968 ó 69. Estaban en la Casa del Abogado, en San Diego donde hicieron una fiesta memorable. Los ocho eran el núcleo central de ese clan juvenil y han mantenido una sólida amistad por más de cincuenta años.
Aquellos años fueron de una gran inquietud juvenil en el mundo. En Colombia fueron los años del Club del Clan y de los primeros grupos nacionales de rock. En Cartagena, la salsa estaba pegando con furor. En Getsemaní y otros barrios había muchachos metidos en temas de delincuencia. Para alejarse de ese mundo, otros chicos optaban por armar grupos más cerrados y juntarse para escuchar música, bailar o ir a la playa.
Jorge Eliécer Gaviria Gaviria, el fundador, nos cuenta que antes había gestado el Club Social Boogaloo, pero ahí la dinámica se deterioró. Intentó un primer The Happy Boys con amigos como Nelson Barrios, Rodolfo Méndez, o el ‘Triki’ Caraballo, pero después de varias reuniones en su casa la cosa no despegaba. Luego se unirían Efraín Gutiérrez y Roque Hoayek, que venían de otro grupo, y Alejandro Caballero. De ahí se consolidaron. Era abril de 1966 y el lema era ‘Salsa y Cultura’.
Aunque de mayoría getsemanicense, al clan se integraron muchachos de otros barrios. Wilson Borja, sandiegano conoció a Jorge en el Liceo de Bolívar. Al principio no fue bien recibido, pero luego se convirtió en un gran eje. ‒¿Y quién es ese gafufo?‒, le preguntaba con desconfianza Alejandro a Jorge. ‒Respeta, mi hermano, que ese viene conmigo‒, le contestaba.
Con los años, la figura del clan evolucionó y la convirtieron en Movimiento Sociocultural Orgullosamente Getsemanicenses.
Jorge Eliécer Gaviria Gaviria. Se licenció en ciencias sociales y económicas. Trabajó como docente y hoy está pensionado. Gran bailarín y cantante frustado. Le encontraban parecido con Calaven, un popular cantante venezolano de salsa.
Antonio Pombo Ramírez. Ejecutivo de ventas en cadenas como las extintas J Glottman y ABC, premiado muchas veces por sus resultados.
Alejandro Caballero Portacio. Reconocido médico epidemiólogo. Es el que más se ocupa de mantener cohesionado al grupo.
Wilson Borja Díaz. Abogado, ingeniero de sistemas y ex parlamentario. Criado en la calle de los Siete Infantes.
Medardo Hernández Baldiris. Era el menor. Licenciado en ciencias de la educación, abogado, con posgrados en historia y dirigente sindical del magisterio.
Roque Alberto Hoayek Martelo. De una estirpe getsemanicense de médicos. Le decían ‘Roquito’, Rompelienzo’ o ‘Roque Pava’. Trabajaba en Nueva York como ejecutivo de ventas. Murió en Getsemaní en mayo, donde lo sorprendió el confinamiento por Covid 19.
Efraín Gutiérrez Mercado. Abogado. Nació fuera de Getsemaní pero se arraigó en la calle Larga. Tuvo un alto cargo en las Empresas Públicas Municipales.
Jose Guillermo Romero Verbel. El famoso Cheo Romero, la biblia de la salsa. Nació y se crió en la calle del Pedregal. Hijo de la ‘seño’ Verbel, famosa partera y quien le ponía las inyecciones a los muchachos. Cheo fue marinero y también fundador del programa Salsa y Playa, de la emisora Olímpica. Murió prematuramente hace algunos años.
Agradecimientos a Medardo Hernández Baldiris, quien proveyó la foto y la información esencial de esta nota.