De entre los afiches del Cabildo, tan memorables, hay uno que se recuerda muchísimo. El de Nilda magnífica como reina en la mitad; con Laureano, Giovanny, Ricardo, Rocío, Lorencita. Amín, Dilia y Vicente, todos vestidos como personajes de la corte. El que le costó años pintar al maestro Heriberto Cogollo. El que como afiche tiene un lugar de honor en Quiebracanto. El que preside la sala de la casa de Nilda Meléndez, la reina vitalicia, su orgullosa dueña.
Fue Nilda quien se inquietó porque el cabildo que venían recuperando con Ginamí Cultural tuviera un afiche memorable. Gracias a su cercanía con la familia Gutiérrez Magallanes conoció a quien sería el autor. “Una de las hermanas Magallanes estudió conmigo en Roma. A través de ella conocí al maestro Heriberto Cogollo. Él es un cartagenero que se fue a estudiar pintura en París becado por una extensión cultural del departamento de Bolívar. Cuando se ganó esa convocatoria fue increíble porque solo tenía 17 años. Sin embargo, él se fue a Francia y allá se quedó. Lo considero uno de los mejores pintores colombianos”, recuerda Nilda.
Nilda, sentada en una mecedora en su casa en la calle San Juan, mira fijamente el cuadro que está frente suyo y rememora: “En alguna oportunidad le pedí que por favor nos hiciera un afiche para el cabildo. Eso era a principios de los 80. Lo llamaba insistentemente y le pedía que hiciera el afiche, pero él me respondía: -Nilda, entiéndeme, yo no puedo pintar algo que no he visto. Yo tengo una memoria ancestral, una vivencia, un contacto con otros lugares del mundo que tienen que ver con nosotros, pero el cabildo de Getsemaní no lo viví-”, cuenta Nilda.
“El maestro Cogollo me decía que para poder hacer algo tenía que ver lo que había y empezar a estudiar e investigar todo acerca de los cabildos para tener el contexto sobre la obra que iba a realizar. Supo hacer las cosas durante el tiempo de tres o cuatro años”.
“En algún noviembre nos estábamos preparando para salir a celebrar el cabildo. El desfile salía donde hoy está el Surtimax de Crespo, porque armábamos una U por el puente Juan Angola para entrar a la curva de Canapote. En esa esquina estaba parado el maestro Heriberto con una cámara fotográfica, sacando imágenes de todo lo que estaba pasando. Esa fue la primera impresión real que él recibió después que se documentó sobre el cabildo. En ese mismo desfile empezó a percibir a los personajes en la realidad. Un día cualquiera entra a mi oficina y me dice: lo voy hacer, pero déjame trabajar”.
“Ese cabildo se dedicó a Yemayá, a quien yo personificaba y el vestido se dedicó a las aguas, su elemento. Fue hecho en Barranquilla y la señora me lo trajo a finales de octubre bajo un aguacero allá y así lo devolvimos, bajo un aguacero en Cartagena. Yemayá es madre de las aguas y el vestido vino en agua y se regresó en agua”.
“Durante todo ese tiempo el maestro se radicó nuevamente en Cartagena. Un domingo cualquiera me llama alrededor de las 7:45 de la mañana y me pregunta -¿Qué estás haciendo? Vente a desayunar a mi casa-. Él vivía en Villa Venecia y me fui para allá”, cuenta Nilda.
“Yo entré al taller y vi el cuadro, pero lo vi pintado de derecha a izquierda con colores y de izquierda a derecha sin color. Hoy lamento no haberle tomado una fotografía porque lo que no tenía color era igual de hermoso que a lo que tenía color. Me dijo: esto es lo que tengo. Él había trabajado a partir de más de cuatro mil fotos. También me manifestó su interés en ser el curador del afiche que se imprimiría a partir del cuadro. Me dio las especificaciones técnicas, el tamaño y hasta el lugar en Bogotá donde él quería que se hiciera la impresión, a donde al final lo hicimos ”, dice Nilda.
“Hicimos el lanzamiento del cuadro y los afiches en el Bar Etico que estaba en la calle Larga, de propiedad de Eliecer Marín. El cuadro estaba cubierto. La gente no salía de su asombro porque era totalmente hermoso. Eso fue una locura”.
“El maestro me dijo -Esto no es mío. Aquí hemos plasmado las más hermosas intenciones y alegrías de la gente que hoy vino a ver el lanzamiento. Creo que debo devolverlo a su verdadero dueño y considero que eres tú Nilda, porque tu tenacidad de hacerme volver la mirada a mi ciudad que dejé a los 17 años. Creo que hice lo mejor que pude-”, recuerda Nilda.
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Gallinazo
Representa la fauna festiva del cabildo. Este disfraz, en particular, fue un intento de retomar la vestimenta original.
Laureano Gómez, getsemanicense que vivió en la calle San Juan.
Disfraz de muerte
Personaje de la tradicional danza del garabato.
Giovanny Barandica, bailarín getsemanicense, actualmente uno de los mejores coreógrafos de Cartagena.
Bailarín de la comparsa de fandango.
Ricardo Polo, Padre de Camilo Polo, hijo de la reina vitalicia del cabildo.
Diosa Oyá
Considerada como la portera de los cementerios. Muchas personas le temen a este personaje.
Rocío Correa, Vive en Alemania. Fue bailarina del grupo Kalenda.
Dama cabildante
Lorencita Solano de Hoyos, Fue una de las primeras mujeres en personificar el disfraz de cabildante en el barrio.
Dama cabildante
Dilia Miranda, Mejor conocida como ‘la Nena Miranda’. También fue una de las primeras cabildantes. Falleció en 2018.
Oshun
Reina de las aguas dulces del mundo, el amor y la dulzura.
Sin determinar quién fue la persona.
Eleguá
Señor que abre los caminos. Considerado como un intermediario de las deidades africanas y los humanos. Para llegar donde ellos, primero hay que pasar por donde él.
Vicente Fajardo
Yemayá
Homenaje a la deidad de las aguas y los grandes caminos.
Nilda Meléndez, Reina vitalicia del cabildo de Getsemaní.