Foto: Ana Gabriel García

Un centro comercial en transformación

EN MI BARRIO

“Aquí encontramos desde una papelería hasta un laboratorio clínico; oficinas de abogados y contadores; talleres de diseño gráfico, pero también mantenimiento de computadores. Además están las peluquerías de siempre, que fueron las que empezaron a darle un valor a nuestro centro comercial”, nos dice Karina Puerta Marrugo, gerente del centro comercial desde 2017. 


Ha sido la tradición en sus 489 locales desde que abrió sus puertas en 1988. Su concepto arquitectónico de pequeños locales y calles internas como un viejo mercado árabe se fue ganando poco a poco el cariño de la inmensa población flotante del centro, que encontraba solución para conseguir muchas mercancías y servicios al mismo o mejor precio que en sus barrios, a pesar de estar en pleno Centro Histórico.


Y también los turistas empezaron a descubrir que a pocos pasos de lugares más lujosos podían conseguir buena comida local a precios populares, un café internet o una buena oficina de turismo.


El gran flujo de visitantes se vio mermado hace pocos años por el cierre del parque Centenario, una de cuyas puertas principales desemboca mediante en paso peatonal directo a una de las dos entradas del centro comercial. Ese acceso directo significaba la conexión con La Matuna y su infinidad de oficinas, locales y comercio, que se retroalimentaba con los del centro comercial.   


Reinventarse tras el covid

Y poco después de la reapertura del parque vino la difícil época de la pandemia por Covid 19. En 2019, antes de los encierros masivos, la ocupación de los locales en funcionamiento se acercó al noventa y cinco por ciento. En lo peor de la pandemia apenas la mitad estaban operando, a pesar de los diversos esfuerzos de la administración para retener a los arrendatarios. Pero como pasó en medio mundo, si las cuentas no les daban optaban por cerrar.


Pero si muchos arrendatarios se vieron forzados a entregar sus locales, los propietarios de los mismos mantuvieron la fe: pensaron que una vez que pasaran los efectos de la pandemia venían buenos tiempos de reactivación y de turismo, más por la construcción de al menos tres grandes hoteles en la zona de influencia. En el último año casi no ha habido ventas de locales sino nuevos arrendatarios de los mismos.


“Hoy la ocupación ha vuelto a estar por encima del noventa por ciento. Y ese contexto ha significado una transformación para el centro comercial. En ese proceso va formando un ecosistema de nuevos actores, ahora puedo decir que tenemos un segmento de joyerías, agencias de turismo, más artesanías, nuevos restaurantes y negocios”, explica Karina. 


Si hubiera que definir hoy al centro comercial se podría decir que está logrando un buen balance en seguir atendiendo al público local pero al mismo tiempo se están abriendo en servicios para los turistas, siempre con mucha oferta de servicios, buena atención y precios competitivos. 


La expectativa es alta por la llegada de los huéspedes de los nuevos hoteles cercanos que empezarán a abrir sus puertas desde el próximo año. “Es otro perfil de clientes que le suman a nuestro perfil comercial y estamos preparándonos para ese momento”, explica Karina. 


Esto implica mejorar la movilidad de los visitantes a través de los pasillos y el embellecimiento de cada local, en la dinámica de una propiedad horizontal en la que cada negocio debe aportar el bien común. La visión de largo plazo es combinar la arquitectura particular del centro comercial, el sabor autóctono cartagenero y la organización visual y espacial de todo el entorno.  “A todo lo que se ve bonito, a ti te dan ganas de llegar”, resume Karina.  


La otra apuesta es aumentar la oferta cultural dados los buenos espacios, principalmente en el segundo piso, que se prestan para eventos que a su vez atraen más visitantes. En este octubre, por ejemplo, se celebró el día de la Raza con la visita de las candidatas al reinado de la Independencia, en un acto que les encantó a los turistas que llegaron y que muestra el potencial para los tiempos venideros.

Parqueadero
El centro comercial cuenta como una ventaja enorme tener este servicio, escaso en el Centro Histórico. “Es súper estratégico contar con él porque además de nuestra oferta tan diversa el cliente puede pensar en parquear, resolver todo aquí mismo y salir”, dice Karina.


Restaurantes 
Desde hace muchos años se tiene una buena oferta gastronómica dirigida al público local y que por su sazón también atrae al visitante. Mr. Buffet o Sazón de Getsemaní representan esta tendencia actualmente.

Joyería
Es uno de los nuevos valores agregados, con accesorios y piezas de primera calidad.  

Artesanías
Este sector, ya tradicional en el centro comercial, se ha fortalecido en los últimos tiempos con más opciones en productos y precios


Tiendas boutique y moda
Desde un regalo muy particular o una pinta completa con firma de diseñador local se pueden conseguir al recorrer con calma los diversos pasillos con nombres de calles de la ciudad.


Agencias de turismo
Orientadas al creciente número de turistas, con ofertas para todos los presupuestos y en toda la región.


Salud
Laboratorio clínico y salud ocupacional en el segundo piso, con convenios con distintas empresas e instituciones.


Belleza y estética
Punto fuerte del centro comercial desde siempre, con todas las especialidades. También los insumos y venta al por mayor para los negocios de barrio. 


Papelería e insumos
Desde las necesidades escolares hasta las de oficina, incluyendo tóneres y suministros.


Bebidas y alimentos
Se puede conseguir una amplia oferta de importados tanto comestibles como licores, así como café y productos colombianos de exportación.


Mejoras por lado y lado

Ahora viene el reto del cierre parcial por dos semanas del último tramo la calle Larga. En este tiempo, se va a realizar una postergada adecuación  de la red de alcantarillado que se quedó obsoleta e insuficiente para evacuar las aguas negras de Getsemaní. Esto requerirá excavaciones y obras complementarias; que luego implicarán algunos cierres puntuales fuera de la temporada alta.

Las autoridades del Distrito, han trabajado en un plan de manejo de tráfico que les permitirá a los peatones transitar libremente y a los vehículos entrar y salir del centro Comercial, tanto hacia el Centro como hacia el barrio Manga.

Tras la entrega de esa obra pública, se reactivará el flujo vehicular habitual. Seguido a eso, el Proyecto San Francisco iniciará las obras de remplazo del concreto, la elevación de la calzada (pompeyano), la construcción  de andenes en mármol Travertino y piedra Coralina; amoblamiento, paisajismo e iluminación desde el comienzo de su predio, colindante con el Centro Comercial, hasta la calle de la Sierpe. Todo esto, es la obra de renovación urbana más importante del último siglo en nuestro Centro Histórico.

Esa intervención hará más fluido el tránsito de los peatones que vienen desde el Centro hacia la calle Larga, por lo que esa entrada del Centro Comercial se verá beneficiada con la llegada de más público. Así mismo la entrada del Parque Centenario tendrá mejoras, pues la acera que pasa por su frente se ampliará y se convertirá en un paso peatonal, el nuevo ícono de la ciudad.